Cap. 5

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"El comienzo de un nuevo amor antiguo."

- Moon and sun.

"¿Te has preguntado qué pasó con mi hijo?" preguntó aquella mujer, con una leve sonrisa.

"De hecho sí, lo recuerdo muy poco pero recuerdo su linda sonrisa al nacer." expresó con una ligera sonrisa.

Años sin verlo, ¿qué podría pasar?

"Entonces" abrió la puerta de la panadería, ocasionando que una campanita se escuchara.
Al entrar olió el delicioso pan, observó a un hombre mayor de espaldas, revisando las ganancias, pero, después de unos cortos segundos, en la puerta donde se supone que es la cocina, salió un chico como de unos 18 años, y lo único que pudo ver, fue a ese chico.

Que lo cautivó por completo.

"Jungkook, ven aquí hijo."

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"Jungkook, despierta."

"Jungkook, despierta."

"Jungkook..."

"¡Despierta!"

Jungkook abrió los ojos de golpe, su respiración era agitada, aún no lograba ver bien a su alrededor, se levantó de lo que sea en que estuviera acostado.

Sentía un dolor insoportable en su cabeza, frunció el ceño y trató de calmarse.
Cuando pudo ver mejor, miró a su alrededor, no reconocía aquella habitación.

Pero antes de cualquier cosa, alguien entró por lo que parecía ser la puerta.

— Oh, Jungkook, que bueno que despiertas. —dijo aquella mujer con una leve sonrisa.
Era pelinegra, hermosa pero de avanzada edad y algo pálida, no se veía bien, y sin embargo, su sonrisa era hermosa, así como sus ojos.

Jungkook no dijo nada, sólo la miraba algo confundido, con sus grandes ojos, y entonces, ella sonrió y arregló su delantal cubierto de arina.

— ¿Nervioso por lo de hoy, hijo? —al decir esas palabras, Jungkook recordó todo.

Y de nuevo, una vez más, estaba aterrado.

Se levantó de un salto y empezó a correr por toda la habitación, su respiración volvía a ser agitada, estaba demasiado asustado como si fuera un niño.

— ¿Qué tienes, cielo? —ella quiso acercarse, pero él no la dejó.
Salió corriendo de ahí, encontrándose con el resto de la casa, y sin importarle mucho, siguió corriendo hasta huir de aquello.

No se percató de los gritos de esa mujer, de los insultos de un hombre, de la panadería, no, no lo hizo, sólo siguió corriendo por toda la calle, quedando sorprendido por la vestimenta, los autos, los edificios, los aparatos.

A paso apresurado, se acercó a un niño que vendía periódicos, tomó uno y leyó la fecha.

4 de agosto de 1950.

Dejó caer el periodico al suelo, y él, empezó a vagar por aquella ciudad que desconocía, no sabía cómo reaccionar, no sabía qué hacer o decir, ¿estaba soñando? Era lo más probable.

Años AtrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora