— Es muy bonito. —sonrió Jungkook.
— Por supuesto, París es hermoso. —dijo Jimin mientras sonreía.
Jimin vivía en París desde más de 10 años, y ver a Jungkook, a su mejor amigo de siempre, le hacía muy feliz, y que conociera la ciudad en donde ha vivido, le hacía recordar cuando eran adolecentes y recorrían las calles de New York mientras huían de la policía.
Porque sí, tuvieron un pasado, muy lindo y rebelde de hecho.Dos mejores amigos, divirtiéndose, sin hacerle daño a nadie, sólo haciendo travesuras inofensivas.
Uno se convirtió en un gran profesor, y el otro en pintor.
— Me alegra que vinieras, hace mucho que no salíamos. —dijo Jimin, rodeando a su amigo con un brazo sobre los hombros.
— Nos vimos hace dos meses en mi boda, Jimin. —se rio Jungkook.
— Pero no pudimos estar mucho tiempo juntos, tu mujer no te dejaba divertirte. —rodó los ojos.
— ¿Qué querías? Sería mi esposa, y estaba por llegar nuestra boda, teníamos que planearlo entre los dos.
Además, ninguno de los dos quería despedida de soltero. —Jungkook aclaró, metió sus manos a los bolsillos de su pantalón y se acercaron al parque de diversiones.
— Es una pena que aún creas que estás enamorado de ella. Jungkook, no le tengas lastima a nadie... —Jungkook se separó de Jimin, siempre era lo mismo y no quería discutir con él.
— Jimin, no ahora, por favor. —Jimin se mordió el labo inferior y lo miró algo decepcionado, pero asintió.Entraron al parque de diversiones.
Mientras recorrían todo el lugar, pensando qué hacer primero, comer o subirse a algún juego, claro, la segunda era mejor, pero ellos querían hacer ambas a la vez, como una vez lo hicieron en su ciudad y vomitaron en el trayecto de regreso a casa.
Ambos rieron al recordar aquello.
— ¿Y Amanda qué tal? —preguntó Jungkook, Jimin volteó a mirarlo y se rascó la nuca, parecía nervioso.
— Ya no estamos juntos. —Jungkook lo miró confundido.
Hace unos años podría jurar que él estaba muy enamorado de esa chica, y ella también de él, ¿qué pudo haber pasado y todavía que no le halla contado?
Y como si leyera su mente, Jimin respondió — Admito que sí me llegó a gustar en un momento, pero luego nos dimos cuenta que no teníamos un futuro juntos. Ahora sólo somos amigos. —sonrió leve.
No lo admitía pero sí le dolió al principio, estuvo cinco años con Amanda, tal vez sí se enamoró pero ninguno estaba dispuesto a dejar sus carreras para quedarse con el otro.
Tal vez su amor no era suficiente.Y, aunque lloraron y casi vuelven a los brazos del otro, no se atrevieron.
Creían que la felicidad la encontrarían con un empleo que les diera un buen salario.
Pensaron eso, y ahora, ambos trabajaban en el empleo de sus sueños, siendo infelices.Aunque Jimin ya la estaba superando poco a poco, ella aún lloraba en las noches, pensando qué hubiera pasado si siguieran juntos, ¿estarían casados? ¿Tendrían hijos? ¿Hubieran cumplido esas promesas? ¿Tendrían la casa que tanto anhelaban?
Amanda estaba destrozada, y aunque lo negara, estaba enamorada de Jimin, y demasiado.
Pero su "futuro" no estaba en París.
Jimin estaba conociendo a muchas personas, y tenía a su mejor amigo Jungkook, estaba logrando sanar esa herida haciendo lo que más le gustaba; pintar, divertirse, y estar con Jungkook.
Ambos se subieron a la "montaña rusa", desconocían si así se llamaba.
Pero en su ciudad así se llamaba.Comieron un poco y volvieron a subirse a otros juegos más.
Recordaron cuando eran jóvenes y soñaban con llegar a lo más alto para mostrar que ellos también podían, y lo hicieron, pero ahora que estaban en la sima, sólo querían estar arriba respirando el aire fresco, olvidando sus problemas y tristezas, admirando la belleza de este mundo, no querían más fama y más reconocimientos, querían ser ellos.Entre risas y bromas, se les hizo de noche.
De regreso a casa, a Jungkook se le descompuso el auto, Jimin y él trataron de repararlo, pero sólo lograron mancharse sus trajes.
Jungkook se burló porque las mejillas de Jimin estaban sucias y parecía un pollito enojado.
Jimin le dio una leve patada, y ahí se estuvieron un rato.Al final se rindieron.
— Mañana llamaré para que una grúa venga por el. —refiriéndose al auto.
Jimin asintió se subió al techo del auto, se acostó ahí y observó el cielo, repleto de estrellas.Estaban en la carretera que entraba al bosque, así que como no había tanta iluminación, las estrellas se podían observar mejor.
Jungkook copió su acción y se acostó a su lado.
— Jungkook, no arruines tu vida. —Jungkook volteó a verlo, sin comprender a qué se refería.
— Te conozco más que a nadie.
No juegues al amor, te lastimarás. —volteó a verlo — No intentes crear algo que nunca ha existido ni existirá en tí, Jungkook.
Ama, pero al que tu corazón elija.
No trates de curar un corazón que no es el tuyo, si el que tú tienes está más dañado. —Jungkook escuchaba en silencio, entendía a lo que se refería Jimin, pero...Jungkook era un hombre de 28 años, maduro, independiente, trabajador, inteligente, sabía lo que estaba bien y mal, tomaba sus propias decisiones, pero, en estos momentos, no sabía qué pensar, decir o hacer.
Estaba en un laberinto completamente oscuro, sentía muchos sentimientos que lo asfixiaban poco a poco.¿Qué es el amor?
¿Qué era amar?
¿Realmente amaba a Johanna?
¿Alguna vez a sentido lo que es estar enamorado?Miles de preguntas pasaban por la mente de Jungkook en esos momentos.
Sobre aquel auto mientras estaba aún lado de Jimin, dejando caer lágrimas en silencio, observando un punto fijo invisible entre todo el cielo estrellado, lo único que vino a su mente fue un nombre, el cual hizo que de pronto, el dolor se fuera por unos instantes:
Kim Taehyung.
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Años Atrás
FanfictionSi no quieres morir, tienes que casarte con una mujer, el problema es que yo me enamoré de un hombre. ¿Por qué está mal amarte? Un diario, un deseo, y un maestro que viaja en el tiempo y se da cuenta quién es su verdadero amor. Kim Jungkook, un maes...