CAPITULO 4

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CAPITULO 4


USAGI



Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity.

La voz de Faraón 90 no deja de sonar en los cuatro parlantes, cada uno en cada esquina de la pequeña habitación. Han pasado horas desde que fueron colocados, me tapo con más fuerza los oídos con las palmas de las manos, el sonido retumba y retumba en mi cabeza. No se calla, por más que ruegue y grite nadie apaga el maldito ruido, siento como si mi cabeza fuera a explotar.

Por mi cabeza vuelve a pasar la idea de destrozarlos, que no quede nada, solo una gran montaña de trozos y basura. No serviría de nada, recuerdo que a los minutos de haber destrozado las anteriores cuatro mujeres con uniformes ingresaron a la habitación colocando nuevas bocinas, remplazando a las destruidas, en el segundo en que ellas salieron las nuevas bocinas comenzaron a emitir el sonido otra vez.

Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity, Serenity.

Golpee la puerta rogando que se detuvieran pero nadie acudía a mis gritos de suplica.

¿Cuándo terminara esto? ¿Cuándo podre salir de aquí? He perdido la cuenta de las horas o días que llego aquí. Después del primer día taparon la única fuente de luz que tenia, la pequeña ventana que tenia y que era mi unión con el paso del tiempo fue obstruido, la luz del sol dejo de entrar, la habitación se hizo más obscura y más fría. Lo único que podía hacer durante tanto tiempo era pensar y llorar. Ya no pensaba en porque me pasaba esto, estaba comenzando a comprender que esto pasaba por que era simplemente yo y mis padres, nada cambiaría el hecho que los actos de mis padres se reflejan en mi. Nada cambiaría ese hecho.

Lo que se encontraba en mis pensamientos en estos momentos era "Me llamo Usagi, me llamo Usagi"

Están tratando de jugar conmigo, con mi mente. Y siento que poco a poco estoy perdiendo la batalla. Si simplemente me rindiera esto terminaría, ¿verdad?

Podría cerrar los ojos y apagar mi cerebro y poder descansar, caer dormida sin preocuparme y temer que si duermo el loco lavado de cerebro funcionara. Tengo miedo que al cerrar los ojos y dormir, cuando despierte sea otra persona. ¿Dónde estaré yo? ¿Quién seré?

¿Seguiré siendo la misma? ¿Cambiare? ¿Me convertiré en otra persona? ¿Seré acaso Serenity?

Tengo tanto miedo de que eso suceda.

No, basta, no debo de pensar de esa forma, no puedo rendirme. No me rendiré, peleare hasta el final, podre hacerlo. Dedo hacerlo.

Me sobre exalto cuando las bocinas apagarse y la cerradura de la puerta abrirse. No levanto la mirada, me quedo como estoy sentada en el frio suelo con las rodillas pegadas al pecho, escondiéndome.

-¿Qué haces ahí escondida Serenity?

Doy in brinco al escuchar su voz. Es Faraón 90, está aquí, de verdad está aquí, no es su voz pre grabada. Escucho sus pasos llegar hasta donde estoy y detenerse, puedo ver la punta de sus finos y lustrosos zapatos negros, logro verlos por el brillo del sol que entra.

EL DIOS DE LA GUERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora