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Nacido en una poderosa familia nunca le hizo falta algo, todo lo que pedía le era entregado en tiempo y forma.

Tal vez ese fue el problema, sin importar que tan caprichoso fuera el deseo, siempre lo obtenía. Al ser el último hijo de los reyes de Black Moon, Faraón 90 siempre tuvo todo lo que quiso, para él nada era suficiente, siempre quería más, a su corta edad descubrió algo turbio de sí mismo, no era feliz con lo que tenía. Faraón 90 descubrió que cuando le quitaba algo a alguien era feliz, ese era su propósito. Arrebatar, nada lo satisfacía más que tomar lo que le gustara.

Un día de la nada conoció a una chica, no mayor a él, la chica era hermosa, con un largo cabello plateado y de un corazón enorme, todo lo contrario a él. En el instante en que la miro quedo prendido de ella. Era un simple enamoramiento, esa chica lo animaba a ser un poco mejor, aún estaba su necesidad de tomar lo que gustara, no podía detenerse, y en lugar de tomar solo que le gustaba a él, comenzó a tomar lo que le gustaba a la chica, ofreciéndoselo. Por supuesto que a la chica no le gusto y lo animo a comenzar de nuevo, a ser otra persona. Faraón 90 lo pensó por mucho tiempo sin saber qué hacer.

Con la llegada de su hermano mayor Phantom de su internado en otro país, Faraón 90 se llenó con energía de querer más y más, de controlar todo y a todos. La rivalidad con su hermano no tenía fin. Pero fue peor cuando Phantom y aquella chica que despertaba su interés iniciaron una relación romántica, poco a poco comenzó a ver cambios en su hermano, ya no lo notaba tan autoritario y sediento de poder, en su lugar lo veía tomar una posición más diplomática. Pronto las personas dejaron de temer al despiadado primer príncipe y rápidamente avanzo a colocarse como rey.

Para faraón 90 no era algo nuevo que coronaran a su hermano, siempre lo supo, pero verlo tan feliz, casado con la única mujer que despertó algo dentro de él, lo lleno de una cólera que solo rivalizaba con su codicia.

Comenzó a ver la debilidad de su hermano, y en el momento en que la pareja tuvieron un fruto de su pación, vio el momento de atacar. Los encontró vulnerables. Faraón 90 quería la felicidad de su hermano, quería su posición, quería a ese engendro, no porque envidiara a su hermano, claro que no. Lo quería por el simple deseo de tomarlo. Quería ver el desespero en el rostro de su hermano. Y lo hizo, se llenó de satisfacción cuando dio el golpe de estado derrocando a su hermano. Terminar con la vida de su hermano y de aquella mujer, lo libero de una carga que no sabía que tenía, tomar el poder lo lleno de satisfacción, que las personas se pusieran a sus pies hizo que algo en su corazón se desatara y amara el poder.

Ver a la creatura que era su sobrina no lo hizo sentirse culpable, tal vez en el futuro la utilizaría para algo, posiblemente nunca tendría hijos, ese sería el momento para tomar control de la niña, o eso pensó hasta que un estúpido perdió al bebé.

Buscar un bebé perdido era agobiante y Faraón 90 no quería lidiar con eso por el momento.

Bueno, ya se las arreglaría. Por el momento disfrutara de las buenas cosas que disfrutaba su hermano, porque al final de cuentas, todo lo bueno es para el rey.

El suspiro que proviene de la cama lo hace quitar la mirada del libro que leía en ese momento. En verdad la princesa era hermosa, más hermosa que su madre. Al ver a la princesa dormir no puede evitar pensar en la locura que ha hecho, en un principio molestarla y torturarla solo era una diversión pasajera, el deseo de tenerla solo por estar al lado del rey Endymion era normal para él, tenerla en su cama no era parte de su plan, lo único que él quería hacer era someterla y ver sus energías apagarse, con suerte le regresaría al rey Endymion una cascara de lo que fue. No comprendía en qué momento comenzó a verla de otra manera. Le gustaba el fuego en los ojos de la princesa cuando ella creía que no le prestaba atención, las energías con las que peleo hasta que la princesa comprendió que no podía hacer nada con solo gritar. Ah, como le gustaba que ella peleara con él en la cama.

EL DIOS DE LA GUERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora