𝙄'𝙈 𝙉𝙊𝙏 𝘼𝙉 𝙊𝙈𝙀𝙂𝘼! || 𝘾𝙃𝘼𝙍𝙇𝙊𝙎

3. | Wish

Un par de días después el tan esperado celo de Charles se hizo presente, llamando a Carlos para tener la última unión entre ellos.

Esa noche era de Luna llena, el astro brillaba con intensidad visto por el ojiverde desde la terraza de su cuarto de hotel, por un momento recordó aquella historia que solían contarle en la escuela, donde la Luna llena podía conceder cualquier deseo que le encomendases si era pedido de la manera correcta.

— ¿Como será ser un omega? —dijo en voz baja, casi ni el mismo se escuchaba. Realmente no estaba pensando mucho en lo que decía, por lo que más bien las palabras salían de su boca sin que él se diese cuenta.

En medio de su delirio escuchó el timbre, recibiendo a Carlos, quien ya estaba acostumbrado a entrar recibiendo la oleada de feromonas que soltaba el chico en sus celos, aquel aroma ligeramente dulce característico del menor era agradable, hacía a su alfa sentirse cómodo, por eso siempre que Leclerc se acurrucaba junto a él no lo apartaba, en secreto, él se tranquilizaba bajo la fragancia del otro alfa.

Las cosas se dieron como debían ser, Charles había disfrutado cada momento de ese último encuentro, dejó a su instinto ser el. Al inicio, por el motivo que su casta estaba cambiando, intentó dominar la situación, así hacerle entender a su alfa que por más que quisiese, ellos no eran un omega.

Gruñía cuando Carlos lo tomaba, recibiendo una respuesta aún más dominante del mayor, intentaba tener el control, queriendo por una vez, ser él quien pusiera las reglas, pero Sainz no se la dejaba muy fácil.

El alfa del español, a diferencia del más joven, defendía con todo a su orgullo y casta, no podía dejarse ganar por otro alfa que para él estaba catalogado como un omega.

Esta vez, por ser la última, decidió darle el gusto de ser él quien decidiera, pero no tanto. Dejo que él decidiera cómo quería hacerlo, poniéndole altos cuando creía que la dominancia del menor sobrepasaba la suya. Aún que ya hubiese compartido más celos con el chico, esta vez lo sentía diferente, sus feromonas poco a poco se volvieron algo más dulce, no descifraba que, pero notas en el aroma del ojiverde cambiaron, antes sus feromonas aunque fuesen dulces seguían gritando alfa pero ahora era diferente. Sus gemidos y jadeos sonaban más agudos, más placenteros, Leclerc casi nunca dejaba salir esos ruidos, a comparación de ahora, que no tenía intento alguno de intentar callarse.

Lo que le sorprendió fue que en ninguno de sus celos compartidos se habían besado, siendo esta la primera y última excepción, Charles lo besaba con vehemencia, importándole nada cuando abría los labios pidiendo que el mayor jugara con su boca.

Después de al fin terminar de saciar al menor, Carlos lo tomó en sus brazos, recostándolo para limpiarlo un poco, se vistió, terminando por irse de la habitación.

— ¿no te quedarás conmigo? — preguntó el más joven, cubriéndose con las sábanas hasta solo dejar ver sus bonitos ojos y su cabello. Acostumbran a quedarse juntos pues siempre que terminaban era muy tarde, por lo que Sainz saliendo de la habitación y no recostándose a su lado era algo nuevo para él.

Se detuvo en seco, sin girarse a verlo — será mejor que no lo haga, Charles — cerró la puerta tras de él, lo último que escuchó fue un chillido de decepción por parte del más chico.

Después de escuchar la puerta cerrarse, se giro en la cama mirando hacia la puerta de vidrio corrediza hacia la terraza de su habitación, notando como la luna siempre era la única testigo de su secreto.

La luna lucia bellísima en esos días, como todo su esplendor estaba iluminado, las personas amaban los días de Luna llena, pues era cuando muchos pedían su deseo, Charles nunca intentó pedir alguno, realmente no creía mucho en ello, si le pedía algo a la diosa, seguramente sería ser campeón del mundo.

Cerró los ojos, cayendo dormido ante la tenue luz del astro.

Gracias por leer
Bye byee

— SaiLec..Ren