23. | Lose

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Se levantó del suelo,casi cayéndose por la fuerza empleada, a veces olvidaba que ya no tenía a un cachorro dentro de él, su cuerpo ya no era pesado

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Se levantó del suelo,casi cayéndose por la fuerza empleada, a veces olvidaba que ya no tenía a un cachorro dentro de él, su cuerpo ya no era pesado.

Suspiró y se apoyó en la pared, dirigiéndose a la cocina, buscando una de esas vitaminas que su médico le había dado cuando el cachorro comenzó a debilitarse.

Se quedó en ese lugar por un tiempo, mirando el cuadro en su pared como si fuera lo más interesante del mundo.

Ya no aguanto estar aquí.

Se quedó absorto en sus pensamientos, cayendo en los recuerdos, queriendo volver a aquel lugar donde era feliz; con Carlos, con su hijo, con su familia.

No quería seguir pasando por eso, no podía, se quebraba en mil pedazos al recordar cada momento qué pasó, todo lo que Carlos hizo por que él estuviese bien; sus cuidados, sus mimos, todo su cariño, todo se lo dio a Charles, y él simplemente había escapado de aquel lugar.

Quisiera ya no pensar.

Sacudía su cabeza en el intento de olvídalos, dejar atrás de una vez su pérdida, no la de su cachorro ni la de Carlos, la pérdida de su propia alma, podía jurar que su reflejo ya ni siquiera ere Charles, era un simple fantasma vagante por la tierra, esperando a que alguien resolviese los problemas que dejó en su vida para poder descansar.

Acostarme a dormir.

Descansar, no, ni siquiera eso lo liberaba de sus problemas, ¿por que siempre tenían que aparecer en ellos? ¿Por qué ni siquiera dormir podía? Daría lo que fuera por una siesta tranquila, sin que las abrumantes pesadillas lo persiguiesen por donde sea.

Se recostó en su cama, acariciando las sábanas mientras sus ojos comenzaban a lagrimear. Quería a Carlos, lo quería a su lado, acariciando sus cabellos, diciéndole lo bonito que era.

Sentirme bien.
Al despertar.

Pero él se había ido, y era algo que no lo dejaría nunca. Él había decidido que solo le hacía daño a los demás, dañaba a Carlos, daño a su hijo, dañó su propia felicidad.

Él no quería lastimar a nadie, pero sabía que Carlos se había perdido así mismo cuando estuvo con él, sabía que se iría independientemente, él sabía que no podría soportar que Carlos se separara de el, por eso decidió correr de él antes.

Normalmente despertaba por un alfa haciéndole mimos o llevándole el desayuno a la cama, pero ahora, encerrado en su propia miseria, despertaba por los horribles juegos que su mente creaba.

Saber que estoy aquí.

Y sin darse cuenta, Charles se había perdido, ya no sentía ningún dolor ni complacencia cuando cortaba sus muñecas, no sentía tristeza al recordarlos, sentia las lágrimas recorrer su rostro, pero las emociones no estaban más en el.

Su mente divagaba, agonizante entre sombras.

Sombras que atormentaban su existir, sombras que veía por el rabillo del ojo, burlándose de él, recordándole lo miserable que él mismo se había vuelto.

Me he quebrado al comprender.

El mundo no se detendría por el, todos seguían con su vida, y él simplemente no podía levantarse del profundo agujero en el que había caído.

No encontraba ninguna motivación para seguir, no tenía nada, ni una carrera que correr, ni Carlos, ni su cachorro, ni nadie, el mismo se había alejado de todos, y ahora las consecuencias de esto lo carcomían.

Muy dentro de él, un rayito de luz aún vivía, deseando volver al lugar en la donde fue feliz, deseando regresar a Carlos. Pero aquel último sentimiento que quedaba fue asesinado por el recuerdo de que Carlos seguramente ya ni siquiera lo quería, no había podido darle a su cachorro, ningún alfa quiere a un omega que no pueda concebir. Menos uno que había matado a su propio hijo.

Que todo lo que sentí.
Ya nunca mas va a volver.

Carlos no regresaría, no después de haberle contestado así a Pierre.

Nada de su pasado volvería, nada de su alegría regresaría, nadie iba a salvarlo ahora. Todo aquel amor que alguna vez sintió, todo ese hermoso y destructor sentimiento se había esfumado de su vida cual viento a una vela.

Cientos de noches pasaron entre lágrimas sin sentido, sin emoción alguna, simplemente, lloraba por el, por ser salvado, por volver a ser amado.

Duerme ya.
Sonríe más.
Un día estarás muy bien.

Un día estarás muy bien

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— SaiLec..Ren

𝙄'𝙈 𝙉𝙊𝙏 𝘼𝙉 𝙊𝙈𝙀𝙂𝘼! || 𝘾𝙃𝘼𝙍𝙇𝙊𝙎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora