Capítulo 6
Desesperada
El sonido de una puerta cerrándose con fuerza hizo que abriera mis parpados.
Al ver a mi alrededor note como todo lo que había pasado no había sido una simple pesadilla, me baje de la cama y empecé a caminar hacia la ventana, necesitaba un poco de aire para poder seguir. Los recuerdos abrumadores me llegaron en tan solo un soplo.
Necesitaba respirar.
Abrir la ventana asomando mi torso por ella dejando que el aire impregnara mis pulmones.
― ¿Piensas tirarte? ―Una voz masculina completamente conocida hablo atrás de mí.
― ¡Que susto, estás loco como vas a entrar así a la habitación! ―Exclame llevándome una de mis manos al pecho.
Daven ya no llevaba su saco y ropa de antes, de hecho, estaba completamente informal con unos pantalones de jean negros y una camisa maga largas a juego, traía con él un saco para el frio y sus botas de invierno, se veía como el típico cliché de mafioso.
Quizás yo había dormido demasiado, pues parecía que fuesen las diez de la mañana.
―Mira. ― relamió sus labios. ―No es por ser idiota, pero estas como la mierda y...―Miro su reloj. ― Y exactamente nos casamos en cuarenta minutos.
― ¿Que dices? ¿Estás loco? No me casare contigo en cuarenta minutos, no puedes simplemente llegar y decirlo así.
―Sí que puedo Jessica, si se me da la gana sales en las fotos con ese vestuario y hago que nos casen en diez minutos... no seas tan borde y ponte los zapatos. ―Mandó.
Mis ojos se llenaron de lágrimas, me senté en la cama poniéndome los zapatos.
Estoy hasta dejando que tomen decisiones por mí, estoy siendo tan estúpida y me odio por eso.
En qué momento todo esto se convirtió en esta pesadilla llamada Daven, mi vida en este instante se resume a un solo nombre "Daven".
Daven y sus patéticas ganas de mandar.
Daven y su estúpida autoridad.
Daven y sus trabajos sucios.
Daven el controlador.
Daven, Daven, Daven...
Todos es tan patéticos.
Me pare de la cama de mala gana. Camine hasta la puerta de la habitación, pasándole por un lado sin siquiera mirarlo.
Chasqueo sus dientes y tomo mi brazo con fuerza, girándome hacia él. Nuestros pechos quedaron tan cerca que podía sentir como su corazón latía, como sus pulmones se llenaban de aire.
―No te he dicho que puedas irte. ―Susurró.
Trague grueso.
―Tienes que tener esto. ― Se alejó hasta la entrada de la suite. Regreso con una bolsa grande color negro, la dejo encima del sofá y se alejó una vez más hasta el pasillo que conectaba la entrada con la pequeña sala de estar. Este se apoyó sutilmente en el marco.
No dejo en ningún momento de observar.
Me acerque rápidamente fastidiada de toda esta situación, respire hondo antes de tomar la bolsa en mis manos.
Sujeté la bolsa y la abrí viendo su contenido, en ella reposaba un vestido blanco. Lo tome en mis manos y lo saque de la bolsa, encontrándome con un simple pero hermoso vestido de novia.
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Sentencia De Muerte © BORRADOR
Roman pour AdolescentsEl amor que sienten Jessica y Daven es tan imposible como el amor del blanco por el negro, el agua por el fuego y la luna por el sol. Ambos estarán dispuestos a cambiar, dejar todo lo vivido y volver a crecer, dejar de ser agua y fuego para unirse y...