Martes, Día 2 P.M

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Con su mirada marrón puesta al frente, no dejaba de preguntarse cómo era posible que se dejara convencer tan facialmente por la muchacha de brunos cabellos. Se suponía que una negativa saldría de sus labios, pero el simple hecho de estar tan cerca de Ashley lo desconcertaba. Decidió no darle más vueltas al asunto y seguirla de cerca. Sus pasos eran guiados por ella, quien miraba para todos lados en el centro comercial.

Momentos antes Ash mencionó: "Tengo hambre, ¿qué tal si vamos a comer comida china?"

Y Leo asintió ligeramente, antes de percatarse que ya estaban al frente del establecimiento.

El lugar era pequeño, adornado como el típico puesto japonés; con una barra al frente del mostrador y algunas mesas alrededor. No todos los lugares estaban ocupados, pero ambos decidieron sentarse en la barra. La joven fue quien pidió la orden. Y en menos de cinco minutos, dos tazones de comida china recién hecho estaban frente a ellos.

Ashley dio el primer bocado degustando los fideos. A ella no le gustaban los lugares exagerados y extravagantes a los que acostumbraban ir sus demás compañeros. Ash estaba acostumbrada a la vida sencilla, antes de formar parte de la prestigiosa familia de su hermano, tuvo una modesta forma de vida junto a Amy. No obstante, al ver de reojo como Leo sólo veía su plato sin probarlo, se sintió un poco ofendida. Imaginó que ese tipo de comida no era a la que estaba acostumbrado .Tal vez no conocía a la familia Howard , pero parecía que Leo si era un niño rico que sólo "le seguía la corriente". Suspiró ligeramente antes de bajar los palillos.

— ¿No te gusta la comida china?

Preguntó mirándolo por un pequeño momento. Leo que se perdió en sus pensamientos, no supo que responder.

— ¿Qué?

Ella volvió a suspirar más profundo antes de señalar su comida.

—No has tocado tu comida y has estado muy callado. Bueno, no es que hables todo el tiempo, pero pareces pensativo.

Ashley no lo conocía demasiado, pero cualquiera notaría ese cambio de actitud. O al menos eso pensaba. Al no recibir una respuesta de su acompañante, frunció el ceño ligeramente.

—Odio esto...- dijo Ash

Ante esas sencillas palabras, Leo la miró con atención. Ash no lo veía, mantenía sus ojos zafiro puestos sobre los palillos que movían la pasta de un lado al otro. Él esperó a que continuara, no entendía a que se refería.

—Odio...que aunque estén molestos por algo, se callen y hagan lo que yo diga —dejó de jugar con su comida y concentró su mirada en el otro—. Que me traten como a una "tonta niña" a la cual hay que cumplirle todos sus caprichos para tenerla contenta —lo miró entrecerrando los ojos con acusación.

A Leo no le gustó la mirada que le dedicaban esos ojos. Él estaba pensando en su actual situación. No en tratar de tenerla contenta y hacer lo mismo que sus demás compañeros hacían cuando se acercaban a ella. No era tan despistado para no percatarse de que Ashley era bastante popular. A pesar que a ella no le gustaba ser el centro de atención de niños mimados, como los llamaba.

—No estaba tratando de hacer eso.

Respondió con simplicidad, provocando que Ash dejara de mirarlo.

—Sabes, si no te parece ¿Por qué no lo dejamos hoy?

Sabía que ella prácticamente lo arrastró a esa "cita". Sin embargo, no quería terminar todo en esa comida.Y Leo empezaba a comprender esa actitud tan diferente.

—No te gusta que la gente no te contradiga —más que una pregunta fue una afirmación.

— ¡Correcto! Lo detesto —ella por fin lo volvió a mirarlo a los ojos—. Porque si sólo se hace lo que yo quiera y no nos divertimos los dos. ¿En dónde está el chiste? ¿No te parece mejor así?

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