Pulgarcito. \l.s\

Tres.

— Entonces... ¿Qué te trae por aquí, Harry? —preguntó Nick sentado frente al rizado, quien terminaba su tercera malteada.

—  Ya no lo sé —dijo el otro— Ni me importa. Estas malteadas son mágicas.

— Gracias —sonrió el pelinegro— ¿Otra?

— No, no —respondió el ojiverde mirando su reloj— Debo irme, es tarde.

Nick simplemente rió.

— La acción aquí empieza cuando el sol se esconde.

— Ya tuve suficiente acción con esas malteadas, de verdad —dijo levantándose.

—  ¡Espera! —se apresuró el otro— ¿Podemos salir algún día? Ya sabes... en plan de amigos.

— Claro —sonrió— Nos vemos, Nick.

Y salió del lugar, dejando al muchacho de las malteadas con una inmensa sonrisa en el rostro.

Cerca de la salida, el rizado vio a Matthew discutiendo con un chico alto y delgado, de cabello castaño que ocultaba con una gorra negra. El chico de cabello arcoíris vio a Harry y esbozó una media sonrisa, que rápidamente borró. El ojiverde le hizo señas, pero el otro parecía demasiado enojado con el joven enfrente, así que se apresuró a salir de la zona y llegar hasta su auto. 

Una vez dentro de él, aplastó su cabeza contra el volante. "Eres un tonto, Styles"  pensó. Al menos había hecho un amigo, sí, Nick era agradable. 

Su celular emitió un sonido, y la pantalla de este se iluminó.

Niall: Bro, ¿estás bien? 

Harry: Sí, todo bien. 

Niall: ¿Dónde estás?

Harry: Narnia.

Niall: Haha, muy gracioso.

Harry: Estoy en camino a mi casa, ¿por?

Niall: Me preocupé, pensé que te lanzarías de un puente. ¿Quieres compañía? Estoy con un chico que acabé de conocer, es muy agradable.

Niall: No te ilusiones, rulitos, soy hetero. Y creo que Zayn también, así que no hay trío.

Harry: ¿Te parece luego? Quiero dormir.

Niall: Vale, hablamos luego.

El ojiverde encendió el auto e inició su camino hacia el lugar que tanto esperaba, su hogar.

Al llegar, abrió la puerta  la dálmata se abalanzó sobre él. Sonriendo, fue a su habitación y se lanzó a la cama, simplemente esperando que algún día pudiera despertar sin arruinarlo todo.

                                                                                                       ***

Liam finalmente había conseguido dormir, mientras Louis aún permanecía con sus ojos abiertos de par en par mirando el techo. Se levantó y se puso sus Vans, dispuesto a dar un paseo nocturno. 

Hace mucho se las había arreglado para escapar sin que los altavoces sonaran, así que salió sin problema y se aventuró en la solitaria oscuridad de la noche. 

El barrio estaba vacío, así que sólo caminó de nuevo al parque, probablemente habría algún borracho o drogado al que hacerle una broma. Le parecía muy divertido escalar hasta sus hombros o sus manos y que ellos se pregunten si es una alucinación, y luego la gente los mira como si estuvieran locos o algo. Sí, también hacía eso con las personas sobrias.