¿El comandante es gay? | Maitake [Finalizado]

Prólogo

—Takemitchy—el rubio lo llamo sentándose a su lado.

—¿Sí? —pregunto amablemente revolviendo su estómago.

Mikey tomo aire antes de continuar su pregunta. No sabía que estaba haciendo realmente ni menos porque su corazón latía tan de prisa. Lo miro con su misma seriedad.

—¿Has sabido algo de Hina? —suspiro mirando hacia el cielo nocturno. Por algunos momentos temió por su misma pregunta hasta que Takemichi soltó una risa.

—Que no se te olvidé que Kisaki ya no es el malvado, al final logró estar con ella... Y yo ya no quise interferir.

Los negros ojos de Mikey se llenaron de brillo ante la confesión de esa tragedia. No sabía que más preguntar, como seguir y llegar al fondo de sus propios sentimientos. Temía, por él mismo y su llamado héroe.

—No lo olvido—afirmo acercándose más—, tan solo te he notado más pensativo y creí que eso tendría que ver.

Intercambiaron una mirada. Takemichi estaba sonrojado levemente y provocaría lo mismo en Manjiro si no apartaba la mirada.

—¿Has notado eso en mí?

—Yo...—tartamudeo para responder. Su corazón tan frio se sentía cálido por acelerarse de esa forma—Vamos, Takemitchy, eres muy obvio...

El rubio teñido se puso de pie. Su mirada seguía igual, parecía decidirse a algo mientras apretaba sus puños. Mikey necesitaba hacer algo pronto, ya le afectaba sentir nauseas por sus nervios y no sabía cómo seguir disimulando.

—¿Qué mas has notado en mí, Mikey? —pregunto haciéndolo sobresaltar.

—Que sigues igual de llorón.

Rio levemente a eso. Luego noto que los azules ojos lo observaban con suma atención desprendiendo brillo.

—¡No he llorado ahora! —se intento defender acercando su rostro al de él en forma de reclamo.

—Aún—sonrió con burla acercándose más.

Ambos reaccionaron a la mirada del otro. En esos momentos no había más brillo que en sus propios ojos. Mikey se sentía aun más confundido que antes cuando sintió que podía acercarse aún más y quitarse la duda besándolo. Takemichi no se intentaba quitar admirando su rostro a detalle, era atractivo, pero ambos se separaron de golpe al escuchar un ruido cerca. Tenían miedo de sentir y peor aún de ser descubiertos sintiendo.