Epílogo. Día

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Los peces de múltiples colores parecían ser demasiados entretenidos para la pequeña niña que los veían con tanto asombro.

—¡Ya llegué! —grito desde la entrada. Puso las llaves en la mesa y se encamino al estudio.

—Hola, amor—se besaron fugazmente—. Al fin pude mantenerla quieta, y estoy cansado.

—Mikey—se sentó a su lado—, crecen muy rápido, ¿no?

—Terriblemente. Si no tuviéramos dinero estaría asustado por sus próximos regalos de cumpleaños.

Miraron con cariño hacia adelante. Manjiro se recostó en su hombro y recibió un beso en su frente seguidamente. Seguían siendo igual de empalagosos, aunque llevaran casados más de cinco años.

—¿Dónde esta Sakura? —Chifuyu interrumpió mirando tranquilamente a los tres mirando la gran pecera frente a ellos.

—¡Papi! —corrió a este ignorando todo alrededor, incluido sus tíos que la estuvieron cuidando. Este la cargo de inmediato intercambiando miradas.

—¿Dónde esta Hana? —el de mechas también apareció detrás con dos bolsas de regalo en sus manos que no dudaban eran para sus gemelas.

—Hola, papi—corrió de la cocina seguido de Baji cubierto de harina hasta en su cabello. Takemichi y Mikey no tenían problemas en que ocuparan su cocina de vez en cuando para intentar hacer postres, aunque Baji casi la quemara dos veces.

Kazutora la alzo abrazándola con fuerzas. Sano y Hanagaki observaban aquello con cierta admiración. Chifuyu no pasó desapercibido esto.

—¿Ustedes para cuándo?

—¿Qué cosa? —Mikey cambio sus facciones.

—Tener hijos—Takemichi soltó una risa—¿Qué? Seguramente serían buenos padres.

Ambos se miraron intercambiando sus ya conocidas miradas cómplices.

—No—dijeron a unisonó.

—¿No qué?

—No podríamos, Mikey pasa mucho tiempo entrenando, las temporadas de sus carreras y yo paso ocupado escribiendo, revisando escenas. Lo hablamos hace tiempo, no es algo que hayamos "anhelado" —hizo comillas.

—Seremos los tíos millonarios—Mikey guiño un ojo a su propio comentario—, queremos mucho a nuestros sobrinos, es suficiente.

—Supongo—Kazutora les sonrió. No mentían. Solían cuidarlos bastante y los regalos, muestras de afecto y visitas han estado siendo presentes hace tiempo.

Se despidieron al poco tiempo dejándolos solos otra vez, amaban sus momentos tranquilos, cuando Kokonoi no estaba atascando el celular de ambos hablándoles de patrocinios.

—Hablando de hijos—Takemichi se acercó besándolo desprevenido—¿Por qué no intento hacerte uno?

—Takemitchy deja de hormonal un momento—fue besado de nuevo haciéndolo caer de espaldas en el sofá—, antes de eso, quiero proponerte algo.

—¿Qué cosa? —ladeo su cabeza. Mikey sonrió y se puso de pie.

—Espera—camino a las escaleras subiendo con prisa. Takemichi creyó que solo huía, pero lo escucho bajar entre risas.

—¿Qué te pasa, Mikey? —lo miro que estaba rojo, alterado, emocionado a su estilo.

—¿Recuerdas lo que hablamos cuando te enseñe a manejar? —se sentó sobre sus piernas apretando algo contra su pecho.

—¿Qué las dos palancas eran iguales? —acaricio sus cabellos negros con suavidad y le negó sonriente—¿Qué más?

—Michi—se acomodo a horcajadas y le extendió un sobre—. Feliz aniversario, amor.

¿El comandante es gay? | Maitake [Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora