Uno, dos y tres fueron los que logro contar mientras corrían a través del oscuro callejón con Mikey de la mano. Takemichi se veía aterrado y juraría que temblaba, pero no se detenía. Otro disparo más y con ello un grito de dolor.
—¡Mikey! —Takemichi se detuvo cuando este se paró abruptamente—¿Qué ocurre? —noto como ponía su mano en su pierna.
—Nada... Yo—miro como esta sangraba. La bala le había llegado perforándole su pierna derecha.
—¡Espera! —intento poner sus manos en su hemorragia haciendo que Mikey caiga sentado al piso—Estarás bien, tranquilo, lo siento, lo siento.
Sus ojos se llenaban de lágrimas manchándose las manos de vivo rojo. Escucharon pasos, cada vez más cerca. Takemichi en desesperación lo alzó con algo de dificultad con un brazo por su espalda y otro atrás de sus rodillas.
—¡Hanagaki! —escuchó a lo lejos y corrió. Su cansancio era doble. Mikey lo miraba al borde del llanto.
—Takemitchy, bájame—le suplico.
—¡No! —lo tomo con más fuerzas sin detener sus pasos cada vez más lentos—Te he perdido ya antes, no te dejaré de nuevo.
Otro más. Ambos cayeron al piso. Mikey se acercó a su novio con terror. Takemichi sostenía su costado sangrante. Mikey sintió como algo golpeo su cabeza cayendo de cara contra el pecho de este. Miro a Hanma sonriente frente a ambos.
—Adiós, héroe.
Sintió que su cara era salpicada en rojo y no se atrevió a mirar al ojiazul ya. Podía escuchar su propio corazón. Su mirada se volvía oscura. Escucho más estruendos, demasiados, pero ya nada era claro.
De nuevo era todo oscuro. Incluso podía escuchar voces diferentes.
—¡Takemitchy! —grito mientras intentaba respirar con calma. Miro alrededor, no había más que su habitación. Había sido una pesadilla, una demasiado realista.
Se levantó de su cama mirando su celular. Tenía un par de llamadas de Takemichi, seguramente ya iba camino a su casa. Habían decidido no decir nada aún a los Sano, querían sorprender a ambos. Mikey apartó los malos pensamientos de su cabeza y se dirigió a darse una ducha.
Ni el agua fría lo ayudaba a despejarse, se había quedado grabado en su mente. Se cuestionaba si solamente era un sueño. Salió vistiéndose con rapidez para bajar a desayunar.
—Buenos días—saludo adentrándose en la cocina—¿Amanecieron bien?
Shinichiro y Emma se miraron confundidos. Mikey apenas se levantaba y ahora parecía listo para salir en cualquier momento.
—¿Te sientes bien? —el mayor se acercó tocando su frente.
—Estoy bien—lo miro sonriente.
—Manjiro, ya no me dijiste que paso con-
El timbre sonó alertándolo. Shinichiro fue quien se dirigió a esta con curiosidad. Abrió sin entusiasmo encontrándose con unos nerviosos ojos azules que cuando lo vieron parecían desorbitados.
—¡Manjiro! —grito sin entender nada—¡Takemichi esta aquí!
Emma fue antes que este para asegurarse que era cierto. Este la saludo con su mano un poco apenado.
—¡Mikey! —dio un salto y luego regreso por su hermano halándolo del brazo.
Shinichiro hizo lo mismo obligándolo a entrar a la casa. Esperaban algo, una especie de milagro. Mikey camino a este envolviéndolo en un abrazo, sin explicar nada, sin mirar a nadie antes.
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¿El comandante es gay? | Maitake [Finalizado]
Roman d'amourHistoria localizada en la última línea temporal. Personajes entre dieciocho, diecinueve y veinte años. Tras años estando juntos y viviendo diferentes experiencias Manjiro nota algo en Takemichi que lo hace dudar de si mismo. Takemichi ha aceptado q...