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BAJÉ UN POCO LA ventanilla del taxi, hacia mucho calor y necesitaba un poco de viento.
Ger y yo estábamos yendo al hotel en dónde nos íbamos a quedar hasta el día de la velada.
──Sí, es acá.──indicó uni para que el auto estacionara.
Al llegar ambos insistimos en pagar el viaje, así que terminamos pagando mitad y mitad.
──Muchas gracias.──le dediqué una sonrisa al taxista, ya que nos había ayudado a bajar las valijas.
──Gracias.──habló Ger y rapidamente nos dirigimos hacia el hotel.
No era muy lujoso, lo habíamos elegido a último momento, al entrar a la habitación nos dimos cuenta que era más chico de lo que pensabamos. Aunque no nos quejamos, tampoco necesitamos tanto espacio.
──Me quedo con la cama grande, listo gané, lo dije primero.──habló apenas entramos a nuestra habitación.
Las camas estaban en una misma habitación, pero había una matrimonial y otra de una plaza.
──No se vale German, ni siquiera me dejaste entrar y ya me choreaste la cama.──me quejé y luego reí.
──De que te quejas si la cama chiquita está hecha para vos, medis 1,20.──me jodio.
──Ah sos gracioso.──lo empujé levemente.──por vivo ahora yo me quedo con la cama grande.──dejé mi valija a un costado.
──Piedra papel o tijera, el que gana se la queda.──se apresuró a decir.
──Ni ahi, me la quedo yo y listo.──me cruce de brazos y él imitó mi acción.
──Todo porque sabes que vas a perder, no se vale yo dije primero que era mía.──se quejó.
──Hagamos así, un día dormis vos ahí y otro día yo, ¿dale?.──tardó unos segundos en contestar pero terminó aceptando.──Ahora lo único que quiero es ir a comprar algo para comer, seguro no nos dan nada de comida en este hotel.──me acomodé un poco la ropa y los pelos mientras me miraba en el espejo de la habitación.──¿Me acompañas?.──
──Si vamos, me muero de hambre yo también.──
Salimos de nuestra habitación y nos dirigimos al ascensor.
Nos había tocado un piso bastante alto, asi que ni en pedo bajabamos por las escaleras; nos quedamos esperando hasta que las puertas se abrieron.
──De chiquita le tenia miedo a los ascensores, pensaba que me iba a quedar encerrada, siempre lloraba si teniamos que entrar a uno.──conté mientras tocaba los botones para bajar.
──Ay no, me da ternura imaginarte de chiquita, seguro eras muy tierna.──se paró a mi lado, esperando a que el ascensor bajara.
──Si era tierna... pero tenía un carácter de mierda.──reí y pude sentir como nuestras manos rozaban, sonreí inconscientemente para luego entrelazarlas.
Me quedé helada por unos segundos ya que habia sido un movimiento casi involuntario, seguramente ya estaba coloradisima de la vergüenza.
se aclaró la garganta, al parecer algo nervioso.──Yo parecía una abuela cuándo era chiquito.──dijo sin soltar mi mano.
solté una risa.──Necesito que me muestres fotos tuyas de chiquito por favor.──
──No, porque te vas a reir de mí.──negó con la cabeza varias veces.
──Te prometo que no me rio Ger.──lo miré a los ojos, tratando de convencerlo.──Te lo prometo.──repetí.
el hizo lo mismo y nos quedamos mirando fijamente por unos cortos segundos.──Uy bueno, después te muestro.──aceptó y dejó un beso en mi frente.
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Ger y Gi? mis introvertidos favoritos ahre
