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-¡Si! Vamos.- sin terminar de decir esto me agarró de la muñeca y me jaló hasta su auto, nos montamos y nos fuimos hasta el centro comercial.


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Terminamos de comprar, Tori llevaba 10 bolsas en cada mano y yo solo llevaba unas 3 en cada mano y dos de ellas eran de Tori; hoy ese centro comercial tenía un aire tipo los Juegos del Hambre y como a mi me gusta mucho esa película, decidí ayudar a Victoria a poder escabullirse con el montón de bolsas sin que vinieran las demás chicas a quitárselas. En fin, yo también encontré algunos vestidos, zapatos y accesorios que me gustaron, me gusta ir de compras, pero no soy tan fanática como mi mejor amiga. Al final nos fuimos a mi casa, ya que era muy tarde y estaba lloviendo, Tori se había quedado dormida, así que me tocó conducir hasta casa.


Me di cuenta que no me quedaba mucha gasolina, así que decidí buscar una gasolinera y, para suerte mía, hay una cerca de mi casa, al final la logré divisar, no muy a lo lejos, pero, parece que el carro no aguantó más ya que cuando estábamos a unos pocos metros el carro se apagó, dejándonos a Vicky y a mi en medio de la desierta carretera. Busqué mi teléfono para llamar a Lucas, era como mi hermano, pero no contesta, seguro debe estar dormido. Decidí tratar de empujar el carro por mi misma, pero no funcionaba...


-¿Que hago ahora?- suspiré mientras me sentaba en la parte trasera del carro. De pronto, sentí que alguien tocaba el carro, tratando de empujarlo, lo cuál logró con facilidad. No podía verlo bien por la neblina y la lluvia que había, pero si logré divisar la silueta de un hombre y unos ojos verde esmeralda brillantes que resaltaban entre toda esa oscuridad... ¿Quién es él?

Conquistándome desde el InframundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora