Conquistándome desde el Inframundo

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No encontraba las palabras para contestar a lo que recién me había dicho Alex, ni siquiera una respuesta lo suficientemente fría para demostrar que aunque lo intentara, nunca ganaría aquella apuesta; más bien, en ese momento los dos conectamos tanto así nuestras miradas, que se me había olvidado por completo que habíamos hecho una apuesta o que yo no quería nada con el amor en ese entonces. Estaba cayendo en su red, pero el tenía algo que no había visto en ningún chico antes, ni siquiera en Brad, aunque bueno, creo que Alex tiene más alma que ese rubio oxigenado.

No sé como explicarlo pero Alex tenía algo que los demás no tenían, y eso lo podía ver en sus ojos, en su mirada, la sinceridad, la ternura y el amor de un corazón puro que, aunque el cuerpo esté muerto, el corazón sigue y seguirá vivo para toda la eternidad.

Las semanas pasaron y hubieron dificultades para Alex, pero él no se rendía y seguía intentando conquistarme, poco a poco lo iba logrando, a veces, mi orgullo era la pared que evitaba que su amor entrara a mi vida, pero, el amor que él me tenía era tan fuerte que éste actuaba como una bola de demolición que derrumbaba con fuerza la pared del orgullo y hacía que los sentimientos que él me tenía llenaran un vacío profundo en mi corazón.

Recuerdo que un día le di un beso en la mejilla y él se puso tan pero tan feliz que entró al colegio, fué hasta la oficina de la directora y ¡agarró el micrófono!.

-¡Oigan señoras y señores! ¡Hoy Samantha Parks me besó en la mejilla! Así que le dedicaré una canción escrita por mi...- mientras decía esto yo no podía evitar ruborizarme como un tomate mientras todos me miraban perplejos ¡¿Acaso Samantha Parks se había enamorado?!