En la bulliciosa ciudad de Mondstadt, dos hermanas rubias destacaban entre la multitud. La mayor, Jean, era una figura respetada y admirada como la maestra honoraria de los Caballeros de Favonius. Su habilidad en el combate y sus estrategias tácticas la habían convertido en una líder destacada. Por otro lado, la hermana menor, Bárbara, servía como diaconisa en la Iglesia de Favonius. Aunque admiraba profundamente a Jean, Bárbara sentía una mezcla de amor y frustración al ver cómo su hermana siempre la superaba en todo.
Un día soleado, Bárbara caminaba por los jardines de Mondstadt mientras ensayaba canciones para sus devotos. Una brisa suave agitaba sus cabellos dorados cuando notó a lo lejos a Jean entrenando con los Caballeros. Las destrezas de su hermana mayor eran impresionantes, y aunque Bárbara sonrió, no pudo evitar sentir un atisbo de envidia.
Más tarde, en la acogedora iglesia, Bárbara entonaba una melodía suave, ofreciendo consuelo a los fieles. Sin embargo, sus pensamientos seguían girando en torno a su hermana y la sensación de estar siempre a la sombra de sus logros. Un fiel se acercó y le agradeció por su hermosa canción, lo que hizo que Bárbara forzara una sonrisa y agradeciera.
Esa noche, mientras compartían una cena en su modesta casa, Bárbara reunió el valor para expresar sus sentimientos a Jean. "Hermana, estoy feliz por tus éxitos, pero a veces me siento frustrada. Siempre pareces ser la mejor en todo, y yo... me siento insuficiente a tu lado".
Jean la miró con cariño y tomó su mano. "Bárbara, entiendo tus sentimientos, pero recuerda que no estamos en una competencia. Cada uno de nosotros tiene su propio camino y habilidades únicas. No deberías compararte conmigo, ni con nadie más".
Bárbara asintió, pero todavía había un brillo de determinación en sus ojos. Decidió que, en lugar de sentir envidia, haría un esfuerzo por aprender y mejorar en sus propias habilidades. A lo largo de los días siguientes, Bárbara se dedicó a entrenar con más ahínco en sus habilidades musicales y también se esforzó en fortalecer sus lazos con la comunidad.
Con el tiempo, Bárbara se volvió una diaconisa aún más querida en la iglesia y encontró su propia forma de destacar. Su música sanadora tocó los corazones de todos, y su genuina amabilidad la convirtió en una amiga apreciada por muchos
En la tranquila enfermería de la catedral de Mondstadt, Bárbara se ocupaba de atender a los enfermos y heridos. Su voz suave y melodiosa llenaba el espacio mientras cantaba canciones que traían alivio y calma a quienes estaban allí. Un día, la puerta se abrió y entró un forastero herido, un viajero rubio llamado Aether. Bárbara se apresuró a su lado y lo ayudó a llegar a una camilla.
Bárbara: (preocupada) Bienvenido. No te preocupes, estarás a salvo aquí. Voy a cuidarte.
Con manos hábiles, Bárbara examinó las heridas de Aether y comenzó a tratarlas con cuidado. A medida que trabajaba, su voz se deslizaba suavemente en una canción reconfortante que parecía envolver al viajero en un aura de tranquilidad.
En la brisa suave del atardecer,
Sanación y amor yo traigo a ti,
Mis notas vuelan como mariposas,
Curando el alma y haciendo reír.
Canta conmigo, siente el calor,
Mis melodías son un dulce rumor,
En el abrazo de la música y el cielo,
Encontrarás paz, mi buen señor.
Aether: (sonriendo débilmente) Gracias... por cuidar de mí.
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ONE SHOTS GI - Edición Yandere GENSHIN IMPACT
De TodoSe irán redactando historias yandere de los personajes de genshin impact. Habrá alerta de contenido +18 Los personajes del videojuego no son de mi autoría todos son de Hoyoverse. Créditos para los autores de algunas imágenes que iré subiendo. Espe...