Existían tácticas tan antiguas como el tiempo mismo, y Twilight, reconocido como el mejor espía de Westalis, conocía muchas que eran parte de su arsenal, tan efectivas como armas cargadas. Usaba cada una con indiferencia, sin preocuparse en absoluto por sus objetivos ni por sus sentimientos. Su entrenamiento lo había preparado para no desarrollar vínculos emocionales, pero la Operación Strix no había sido una misión común.
La persona que tenía frente a él en ese momento, para su pesar, no era alguien ante quien pudiera fingir una falta de sentimientos: era su esposa, Yor Forger.
Twilight levantó la vista con dificultad y contempló, sorprendido, cómo ella parecía haber resistido los golpes mejor que él. Nunca se lo había cuestionado desde el primer año de matrimonio. Había llegado a la conclusión de que las habilidades de Yor eran inexplicables y, a menudo, bastante impredecibles.
Si hubiera pensado más detenidamente, habría deducido que ella era una de las asesinas más letales de Ostania.
—¿Es esto el final? —le preguntó, mirando a Yor mientras limpiaba sus armas.
—No lo sé —dijo Yor, o más bien Thorn Princess, encogiéndose de hombros y suspirando—. ¿Tú qué crees?
—No lo sé —respondió Twilight—. No tengo idea de lo que está pasando.
No había razón para dudar, pero aun así lo hacían. Los quejidos agonizantes de sus víctimas, las sirenas acercándose y el simple hecho de estar perdiendo sangre hacían que la conclusión pareciera inevitable.
Si no era la policía secreta, alguna otra agencia los encontraría sin signos vitales.
—Irónico, ¿verdad? —comentó Yor, limpiando la sangre de su boca—. Siempre tenías un plan para todo.
—Siempre, pero hoy no —respondió Twilight. Un ruido resonó a pocos metros, y se giró para mirar, pero el esfuerzo hizo que su traje se tiñera aún más de sangre—. Mierda. Duele mucho.
—No te esfuerces ahora —le dijo su esposa, acostándose contra su hombro, exhausta. Sintió una punzada de dolor al darse cuenta de que estaban llegando al final—. Ya no vale la pena.
Twilight sonrió con cansancio y se limpió el rostro con el borde de su camisa. A juzgar por su estado, podrían desvanecerse en cualquier momento.
—Le mentimos a nuestra hija —dijo con tristeza.
Yor echó un vistazo a su esposo con una sonrisa afectuosa.
—Incluso ahora, siento que estoy fallando como su madre.
—No has fallado en absoluto. Si así fuera, lo sabría.
—¿Y por qué estás tan seguro? —preguntó Yor, con la mirada fija en él, buscando una respuesta sincera en sus ojos.
—Porque solo la mejor asesina de Ostania podría hacer que el mejor espía de Westalis esté feliz de pasar sus últimos momentos a su lado.
—Eres un tonto.
—Lo sé.
Twilight la observó, pensando en cómo reaccionaría si se acercaba y la besaba, permitiéndose desconectarse del mundo. Sabiendo que su mente no estaba clara, decidió resistir y mantener la distancia para no romper la atmósfera.
Sin embargo, fue Yor quien rompió la distancia. El beso tenía una mezcla de desesperación y pasión, consciente de lo que estaba por venir, y no duró mucho, ya que sus fuerzas comenzaban a agotarse. Al separarse, Twilight le ofreció una sonrisa cálida mientras sus frentes se tocaban.
—Pareces exhausto, Loid —dijo Yor con un toque de humor.
—Tú también, Yor —reconoció él, cansado.
Yor suspiró y rodeó a su esposo con sus brazos, abrazándolo antes de cerrar los ojos. Loid se inclinó y presionó sus labios en su coronilla, con toda la fuerza que pudo reunir.
Un último gesto de amor antes de descansar.
Nota de la autora: Escribí esto cuando estaba escuchando anécdotas de Reddit en YouTube con voz de Loquendo y mientras charlaba con mi mamá sobre BTS.
Las cosas no tenían conexión alguna, pero hicieron la pieza más triste de la colección.
Ciao.
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Adecuado
FanfictionPara un espía y una asesina, la perfección era inalcanzable, pero estarían dispuestos a aceptar cualquier cosa que fuera adecuada para ellos [Colección Twiyor Week/Twiyor Month].