Adecuado

Familia

Twilight, Loid, o como fuera que lo llamaran, sabía que no podía seguir un patrón en la Operación Strix. Él mismo formaba parte de esa regla. Según las probabilidades, su vida y la de Yor no deberían haber continuado. Pero esas mismas probabilidades le habían dado una familia gracias a su trabajo, y por eso, regresar a su casa después de más de un mes en el hospital se sentía natural.

Estuvo al borde de la muerte junto a su esposa en un almacén abandonado, hasta que Sylvia y los agentes de WISE los rescataron.

Nightfall y su superiora fueron las primeras en acercarse. Su antigua aprendiz parecía dispuesta a hacer más, pero Twilight prefirió pasar su brazo alrededor de su esposa y acercarla a él. Por primera vez, se sentía tranquilo mostrando sus emociones. Toda su vida se había reprimido y, ahora, su familia funcionaba como una salida para aquel huérfano que había sufrido tanto por la guerra.

—Twilight —le habló Sylvia con calma. Eso era bueno; así podría plantear lo siguiente de manera más natural—. Todavía están respirando, ¿verdad?

—Sí, pero con dificultad —confesó, enderezando su cuerpo un poco—. Tengo dos balas en el costado derecho y varios cortes —añadió—. Por favor, cuida de ella. No sé cuánto empeoró por la adrenalina.

—Espera —murmuró Nightfall con temor—. ¿Eso significa que Yor Briar...?

—Sí, fue ella, Nightfall —respondió su superiora. Desde que empezó a llegar información, todo lo relacionado con The Garden parecía una exageración. Sin embargo, lo que vio en el almacén era una verdad escrita con sangre—. Hablaremos más adelante. Pero tienes mi palabra: me ocuparé de ella.

Twilight soltó un suspiro y apretó el hombro de su esposa. Al ver ese nivel de intimidad, Nightfall apartó la mirada, sintiéndose incómoda. No necesitaba saber todos los detalles: su antiguo mentor era humano y tenía emociones que no podían ocultarse.

Nightfall abrió la boca para decir algo al respecto con un poco de esperanza, pero al ver que su superiora la observaba, la cerró para evitar ser regañada. Sylvia respiró hondo y volvió su atención a Twilight, quien intentaba hacer reaccionar a su esposa.

—Estarás bien, Yor —le susurró.

—Estaremos bien, Loid —reconoció Yor, apoyando su cabeza en el cuello de él y sin prestar atención a los presentes. Sabía que no se meterían con ella; incluso herida, seguía siendo una asesina—. ¿Y Anya?

—Ella y el perro están con el pequeño informante.

Un suave suspiro divertido escapó de los labios de Twilight al escuchar cómo se refería a Franky. Yor asintió levemente, sintiéndose un poco más tranquila al saber que su hija estaba fuera de peligro.

—Muchísimas gracias —dijo, levantando la cabeza de repente al ver a la jefa de su esposo acercarse y agacharse a su lado—. Anya es lo más importante.

Las dos mujeres se miraron y sonrieron por un momento, luego Sylvia se dirigió a Twilight con una expresión más suave.

—¿Twilight? —exclamó ella. Él levantó la mirada, captando el tono delicado—. Después de esto, es probable que tengas menos misiones.

—Eso suena bien —respondió Twilight con una pequeña risa—. Honestamente, solo quiero estar con mi familia.

Sylvia no recordaba haber visto una respuesta tan honesta de su mejor espía desde sus comienzos. Tal vez la adrenalina y el miedo lo habían llevado a decir cosas fuera de su lógica habitual. Como su superiora, debía dejarle claro que tenía cosas más importantes que hacer.

—Esperaba esa respuesta —dijo la mujer, tragando antes de agregar—. Loid Forger.

Pero sería una mentira si dijera que también no quería ver a Twilight, Loid o como fuera, sano y salvo.

Nota de la autora: Estoy actualizando desde un lugar de descanso, así que es una actualización relajada. Quisiera dejar algunas aclaraciones: aunque sea obvio, esta historia es una continuación directa de "Beso de despedida". Me dio un poco de cosita dejarlo triste, así que añadí esto.

Estos capítulos están conectados en el siguiente orden: "Cicatrices e identidad secreta", "Beso de despedida", "Familia", "Flores" y "Doméstico".

Ciao.