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Era en esos momentos en los que a Emmett le habría gustado tener el don de Edward o el de Alice. Sabía que Rosalie estaba furiosa por las sucias miradas que le daba. Jasper estaba impacible pero lo había escuchado idear atrozes planes con Rosalie. Alice se veía muy preocupada y parecía estar viendo los futuros por venir.

Se preguntó cuál sería el futuro ahora ¿A caso tendrían que pelear? Rosalie llamaría a Benedict, eso era obvio y él no dejaría a las humanas vivas. Jasper, que era el mejor de todos en combate, estaría dispuesto a pelear. Alice.., bueno, ella era un poco complicada, pero podría ser imparcial.

Miró a Edward por el retrovisor que asentía a sus pensamientos. Estaba en lo correcto en todo, fue lo que entendió.

Exhalo aunque no lo necesitaba. Era más como una reacción anatómicamente humana para relajarse puesto que Jasper no se había molestado en tranquilizar el ambiente con sus poderes.

Una cosa era segura: protegería a Rory. Incluso de su propia familia. Su bien no le agradaba la idea de luchar con sus hermanos lo cierto es que no podía permitir que dañaran a Rory. Edward pensaba exactamente por la chica Swan. Así que si tenía que pelear contra Jasper y Benedict—incluso con Rosalie siendo una dama—lo haría.

Sabía que eventualmente pasaría.

El día en que conoció a Lorelai Weasley había quedado hechizado por ella. Fue en ese momento que supo que era ella la ruina de su existencia. Que era el objeto de sus más sucios deseos.

La protegería, se prometió a sí mismo.

—¡Basta! —exclamó Alice en ese instante—No puede suceder así. No lo permitiré.

Pareció haber visto algún futuro horripilante porque veía a todos con terror. El trayecto siguió en completo silencio. Nadie se atrevía a decir una palabra, aunque Emmett estaba seguro que Edward estaba lidiando con los gritos mentales de Rosalie.

   Cuando llegaron Edward aparcó en el garaje justo a lado del Mercedes de Carlisle, quién sorprendente había llegado antes que ellos.

Cuando entraron directamente a la sala de estar Esme y (para sorpresa de nadie) Benedict, ya los estaban esperando.

   Carlisle y Esme estaban se sentados juntos y se tomaban de las manos.

Esme veía a todos con inquietud. Parecía demasiado perdida la pobre.

Emmett se sentó despreocupadamente en el sillón reclinable aunque solo para aparentar tranquilidad. Edward se quedó cerca de él.

Era obvio que las alianzas se habían pactado ¡Que empiecen los juegos de la muerte! pensó irónico Emmett.

Rosalie se sentó en el otro sofá frente a Carlisle aún fulminadolos con esa sucia mirada. Benedict no se sentó pero se quedó cerca de Rose. Jasper se quedó detrás de ellos pero recargado a la pared, ajeno a lo que sería un gran debate.

Alice entró al final pero sin titubear se situó a lado de Esme. Se frotaba la frente tal cual sufriera jaqueca. Al parecer ella sería imparcial.

Edward fue el primero en hablar:

—Lo lamento. Lo lamentamos—corrigió mirando a Rose en primer lugar, luego a Jasper y por fin a Benedict—. No pretendíamos ponerlos en peligro. Actuamos de manera irreflexiva y asumimos plena responsabilidad de las precipitadas acciones.

Rosalie lanzó una mirada amenazante.

—¿Qué quieres decir con que «asumes plena responsabilidad»? ¿Lo vas a arreglar? —después miró a Emmett —¿o tú lo arreglarás?

The Fallout • Emmett Cullen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora