001;

2.1K 208 5
                                    

Sólo unos meses después de que finalizara la guerra mágica parecía indicar que todo comenzaba a volver a su normalidad. La familia Weasley había decidido abrir las puertas de su casa para una pequeña ceremonia conmemorativa en honor a los caídos de la guerra.

Todos habían perdido a un amigo, un familiar, un conocido. En el caso de Rory, no sólo perdió a su hermano mayor, Fred, sino que también perdió a su novio, Theodore Nott y, a una de sus amigas más cercanas, Lavander Brown.

Rory, vestida con un vestido negro luto, salió al jardín cuyo lugar estaba abarrotado de personas llorando sus pérdidas. identificó algunas caras, sobre todo de alumnos y maestros de Hogwarts. Deseó acercarse a algunas personas pero no tuvo realmente el valor, busco a su hermana Ginny o a su hermano Ron pero ellos estaban con sus respectivas parejas, Harry y Hermione, así que optó por acercarse a George que estaba solo.

—Hola—murmuró, al llegar a su lado.

George dejó de mirar a la nada para mirarla a ella. Notó como las ojeras eran prominentes y en sus ojos se podía ver el dolor con el que luchaba día tras día, así como la sonrisa que en algún momento era radiante ahora era diminuta. Él tampoco se veía bien, el brillo que solía destellar se había transformado ahora en tristeza absoluta. Rory se sintió realmente miserable al verlo en ese estado. apoyó la cabeza en su hombro y su hermano la atrajo hacia él. Ninguno dijo nada, y realmente no era necesario; los dos estaban pasando por un dolor similar, no iguales, nunca podrían ser iguales, pero podían entenderse.

Ambos permanecieron así, ninguno escucho con atención la ceremonia al estar perdidos en sus pensamientos. la gente cada vez disminuía hasta que finalmente sólo quedaban unas cuantas personas cercanas a la familia.

Notaron cómo la señora Tonks se acercaba con Teddy en su brazos. Ella había perdido a su esposo, hija y yerno, dejando al pequeño Teddy huérfano. Rory realmente la admiraba por seguir de pie.

—¿Se marcha señora Tonks? —preguntó Rory, sonriendole al pequeño metamorfomago, Teddy Lupin, que ese día tenía el cabello color carmín.

La señora Tonks negó. —No, aún no. Creo que alguien te busca y no ha podido acercarse—dijo mirando sobre su hombro.

Rory giro la cabeza confundida y noto a unos metros de distancia una figura masculina de cabellera rubia platina que reconoció al instante.

—¿Ese es Malfoy? —preguntó George con desagrado.

—Lleva más de una hora bajo ese árbol—siguió la señora Tonks, ignorando el tono que empleó George segundos antes—deberías de acercarte—sugirió.

Rory asintió. Y caminó hasta el rubio con el corazón latiendole salvajemente y millones de emociones encontradas. Malfoy era a la persona a la que menos quería ver pero no podía simplemente ignorarlo.

Lo había prometido.

—Hey, Malfoy...—habló estando a menos de dos metros de distancia.

Draco que veía el árbol finalmente volteo al escuchar la voz de la chica. No eran amigos, nunca lo fueron, por supuesto. Tampoco sabía con exactitud qué era lo que estaba haciendo en ese lugar, pudo enviarle una carta por medio de su lechuza pero, por alguna razón que no podía entender, sintió la necesidad se ir personalmente. claro, no contaba con el hecho de irrumpir una ceremonia con alumnos y profesores de Hogwarts a los que realmente no quería incomodar. Sabía bien que no era una persona muy querida en ese momento. Así que espero pacientemente a que Lorelai se diera cuenta de su presencia.

—Hola.

—Disculpa pero, ¿qué haces aquí? —preguntó ella, sonando muy confundida. Malfoy siempre hablaba pestes de su hogar, así qué el que él viniera aquí, por su propia cuenta, la confundía.

Draco rasco su nuca, nervioso.

—Lamento presentarme en tu casa, Weasley. Sé que soy a la persona que menos desean ver tú y tu familia(y en general todos), pero quería...entregarte algo.

Rory asintió y vio como Malfoy sacaba de su bolsillo un sobre. lo tomó con delicadeza e inspeccionó con detenimiento, la letra pulcra informaba que era la destinataria.

—Es una carta que encontré mientras limpiaba una de mis habitaciones de huéspedes. Es de él —añadió Draco sin atreverse a decir el nombre.

Rory asintió sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas. Claro que sabía que era de su ex-novio, había identificado su pulcra letra al instante. Alzó la vista para mirar a Draco con ojos nublados a causa de las lágrimas.

—Gracias, Malfoy. De verdad. —Su voz había sonado rara por el nudo en su garganta pero no le importó en lo absoluto.

Draco asintió, tratando de contener el llanto.
—No hay de qué, Weasley. Creí que debías tenerla, después de todo... él pensaba enviártela o entregártela personalmente.

Rory no contestó. Veía la carta como si fueras su mayor tesoro. No podía creer que tenía la última carta que Theo le había escrito.

—Bueno—siguió Draco, un poco menos nervioso—,yo erh...hasta luego. —Metió la mano a su bolsillo en busca de su varita.

—¡Espera! —lo detuvo.— Bueno, digo, ¿puedo pedirte un favor?

Draco asintió —¿Cuánto necesitas?

—¿Qué?

—Galeones, Weasley, ¿cuánto necesitas?

—¡No te iba a pedir eso! Dije «favor» Malfoy.

—Oh...yo, lo siento. La costumbre.

Rory rodo los ojos. —Es sobre Patrick, el hermano de...

—Sé quién es. —la interrumpió Draco algo que Rory agradeció. No podía mencionar el nombre de Theo, no en voz alta. Pensar en él ya era doloroso.

—Yo...estoy preocupada por él—confesó. —Tiene diecisiete años así que puede valerse por sí mismo, lo sé, pero está completamente solo. ¿Podrías visitarlo de vez en cuando? Sé que debe sentirse muy culpable.

—Bueno...

—Lo sé,—lo interrumpió, a sabiendas de lo que Draco diría. — Es sólo que- — Trago saliva, tratando de eliminar el nudo en su garganta—; el creía estar haciendo lo mejor para él, Malfoy.

Draco la vio como si tuviera dos cabezas. —Mi amigo no cometió ningún crimen al amarte, Weasley. Lo juzgue, lo admito, pero jamás hice lo que Patrick.

—Pero Patrick, al igual que tú, sólo quería lo mejor para su hermano. Ambos sabemos que, de no ser por mí, él estaría vivo—espetó con dolor, mientras lágrimas acumuladas deslizaban por sus mejillas.

Era la primera vez que decía en voz alta lo que tanto la estaba atormentado. No entendía porque se lo decía justamente a Draco. Probablemente esperaba que él también le dijera que era su culpa. Que Theodore había cometido el peor error al enamorarse de una «traidora a la sangre» como ella.

Para su sorpresa, Draco suspiro sonoramente y negó fervorosamente. —Mira, Lorelai, mi mejor amigo te amaba. Tanto que se fue contra sus propias creencias. Le diste felicidad y eso te lo voy a agradecer toda la vida. Así que deja de buscar un culpable porque el único culpable está en azkaban.

Si le hubieran dicho a Rory que Draco Malfoy en algún momento diría aquellas palabras se habría reído en su cara. Sin embargo, allí estaba él, demostrando el gran cambio que tuvo después de la guerra.

» Pero—continuó Draco luego de carrapear—,iré a verlo, ¿de acuerdo?

Rory le sonrió ligeramente, mientras limpiaba sus mejillas húmedas. Y Draco aprovecho ese silencio para sacar de nuevo la varita para hacer desaparición.

—Y, Malfoy... —Él la miró, nuevamente.

—¿Sí?

—Sí en algún momento, necesitas...eh, ya sabes, una amiga o un hombro en el que apoyarte; estaré aquí.

Draco la observó por unos pocos segundos, buscando alguna pizca de maldad, lástima o burla en sus palabras. Pero sólo pudo percibir lo contrario, Lorelai Weasley estaba dispuesta a cumplir con la promesa que le había hecho a su mejor amigo antes de morir.

—...tú también cuentas conmigo, Weasley.

Y sin más, desapareció en un parpadeo.

The Fallout • Emmett Cullen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora