Capítulo #01

466 29 3
                                    

Narrador general:

A altas horas de la noche, en las solitarias calles de Louvre, una primavera de 1925, iban los hijos de madame Allura camino a las puertas de su antiguo vicio. Sin dilatar demasiado, al llegar se adentraron por las mismas comenzando a entrar en ambiente mientras buscaban lugar, veían muchas caras conocidas y otras que no tanto.

Narra Kara:

- Pero miren a quienes tenemos aquí, qué sorpresa- se acercó Madame Kelly al divisarnos entre la gente- y yo qué pensé que se habían revindicado, Kara, querida, vestida así me es difícil saber si vienes en busca de mis servicios o a pedirme trabajo.
- Desviada no se hace, mi Kelly, se nace- reí con picardía- mi ausencia ha sido por motivos de viaje, pero no sé preocupe, yo siempre regreso.
- Yo no tengo mucho qué decir, tus mujeres son las más hermosas de toda Europa, así que es difícil no volver- habló esta vez Clark.
- Bueno, espero que disfruten de su noche, si me necesitan saben dónde encontrarme- nos regaló un guiño para acto seguido marcharse.

No tardaron en llegar unas chicas para hacernos compañía y ofrecernos vino, pero después de un par de copas y un rato charlando perdí interés en la conversación, así que me dirigí a la barra y decidí cambiar el vino por whisky. Estaba bebiendo mi vaso con calma cuando se sienta junto a mí una pelinegra que no había visto antes por aquí, no presté tanta atención pues noté que venía acompañada y no quería ser irrrspetuosa, pero segundos más tarde me di cuenta del tono incómodo que tenía la conversación...

- De verdad sería un placer para mí poder complacerle de nuevo, Monsieur, pero ya le dije que tengo un cliente esperando por mi- se cubrió un poco los pechos con el fino sobretodo que llevaba puesto.
- Vamos pequeña, yo puedo pagar por ti el doble si lo deseas, pero no me dejes así- tomó la mano de la chica y la colocó en su miembro, a lo que ella rápidamente reaccionó de forma sutil subiendo ambas manos para acomodar su cabello.
- Realmente lo siento, pero la sesión ya concluyó, ya le dije, hay alguien más esperando por mí- reiteró conservando la compostura- espero que tenga una buena noch...- No la dejó terminar pues la tomó de la nuca levantándola de la banca para acercarla a su rostro.
- Voy a tener una buena noche porque tú me la vas a dar, bonita, además no veo que alguien esté buscándote- se notaba a leguas lo ebrio que estaba.
- Por favor, debe entender que...- esta vez fui yo quien la interrumpió.
- Hasta que tengo la dicha de verte, preciosa- la miré sonriente y ella volteó a verme confundida- Pensé que no llegarías, ya tenía rato esperando por ti- disimuladamente di un vistazo al hombre para hacerle seña y que siguiera el juego.
- Querida, de verdad lo lamento, es que estaba un poco ocupada con otro cliente y por eso me retrasé- continuó ella y no perdí el chance de tomarla por la cintura y alejarla de ahí.
- ¿Hacia donde te acompaño?- pregunté por lo bajo cuando ya íbamos a una distancia prudencial.
- Por las escaleras a la izquierda, sígueme- aflojé mi agarré de su cintura y nos tomamos de la mano para apresurar el paso.
- ¿Quién era ese hombre? Y perdona que me meta.
- Un cliente que... Solo un cliente muy ebrio que insistía en continuar con la sesión, es todo- respondió con simpleza mientras subíamos a la segunda planta.
- Oh y de verdad hay alguien más esperando por ti o...
- No, se lo dije para salir del paso sin herir su ego o hacerle molestar, pero gracias por aparecer, me facilitaste la tarea- respondió antes de que yo terminase de preguntar.

Ya en la segunda planta caminamos en silencio durante unos minutos hacia el área VIP, lo cual explicaría por qué nunca la había visto abajo. Finalmente llegamos a la que supongo era su habitación y yo estaba pensando en lo qué diría para despedirme, pero justo cuando iba a hablar, ella lo hizo primero.

- ¿Quieres pasar?- me invitó y yo no pude rechazarla.
- Claro- acepté sonriendo y entonces entré.
- Siéntate ¿Quieres algo de tomar? Creo que ya ese vaso está vacío- sin esperar respuesta lo tomó de mis manos, para llenarlo y luego devolvérmelo.
- Gracias- alcancé a decir.
- Te agradecería que me des un minuto para ordenar un poco aquí y cambiar la sábana- dijo y comenzó con su tarea.
- No te preocupes, si deseas tu espacio yo puedo bajar.
- No. Bueno, si tú quieres yo entiendo, pero no me molesta el que estés aquí- vaciló antes de continuar- No es lo usual que yo prepare la habitación frente al cliente, pero con lo atípica que ha sido está situación no he tenido de otra, así que te agradezco por la comprensión.
- Tranquila, de verdad, no te preocupes, haz lo que necesites hacer con calma- hablé pacientemente, y fue ahí cuando caí en cuenta de que ella me llamó "cliente", es decir, no me sorprende, mucho menos me ofende pues son obvias las razones por las que visito este lugar, pero no era mi principal o intención al acompañarla hasta aquí, me pregunto si lo sabe, y me pregunto si habrá alguna manera de decírselo sin que sea ella la ofendida.

A una velocidad sorprendente la habitación estaba prácticamente reluciente, ella sin perder tiempo entró al baño, fue luego de unos minutos cuando la escuché hablar de nuevo.

- ¿Quieres venir?- preguntó y yo dudosa me levanté.
- Sí claro- entré al baño y fue cuando pude detallarla debidamente.
- ¿Y entonces? ¿Te vas a quedar ahí o te vas a quitar la ropa?
- Es que eres muy hermosa- dije y comencé a desvestirme.
- Tú tampoco te quedas atrás, con ese cuerpo, juraría que eres una especie de atleta- me devolvió el cumplido mientras me ofrecía su mano para meterme a la tina, y una vez dentro, me posicioné a su espalda de manera que pudiera reposar en mi pecho, y como si estuviéramos en perfecta sincronía ella se recostó a mí mientras que yo rodeé su cuerpo con mis manos.

- ¿Vino?- me extendió su copa.
- Tranquila, bebe tú- dejé un pequeño beso en su hombro mientras ella dio un largo sorbo.
- Iba a arreglarme para ir a la habitación como se debería, pero sin duda está ha sido una cita bastante... Inusual- habló mirando al techo.
- Lo diferente me gusta- acaricié su cabello y me estiré para dar otro beso en su mandíbula- Así que tú relájate.

Coloqué mi mano en su abdomen y ella suspiró, está vez mis besos se centraron en su cuello y entre caricias bajé mi mano hasta sus piernas para luego llevarla a su centro, obteniendo como respuesta un suspiro más profundo, sin detener mis movimientos circulares pasó por mi mente la interrogante de si realmente estaba sintiendo placer o era parte de su papel, pero bueno, ni que fuera primera vez, aparte esos pensamientos y continué con lo mío, con la mano que tenía libre introduje suavemente dos dedos y ella tiro la cabeza hacia atrás, luego de unos minutos sin parar, la tomé entré mis brazos y ella me miró confundida, pero sin darle mucho tiempo para reaccionar la senté en la orilla de tina y recosté su espalda a la pared, para luego abrir sus piernas y hundir mi cara en su feminidad, y así fue que en un lapso no mayor a un minuto los suspiros se convirtieron en gemidos, por lo que no pasó mucho rato antes de que esos gemidos subieran de tono dando paso a contracciones musculares y espasmos en todo su escultural cuerpo, seguí por un momento más para dejarla disfrutar de su climax y cuando la sentí relajarse la tomé entre mis brazos para devolverla a la posición inicial.

- Ya está fría- susurró.
- Ya vamos a salir- la abracé desde atrás y besé su hombro. La ayude a terminar de asearse y yo hice lo mismo, para rápidamente envolverme en una toalla y ofrecerle mi ayuda para salir y envolverla también, sin demorar mucho la ayudé a secarse y la llevé a la cama, donde se apresuró a meterse bajo los cobertores. Así que yo aproveché de llevarme ambas toallas de regreso al baño, terminé de secarme y regresé con ella.

- ¿Puedo?- pregunté de pie junto a la cama asintió sentándose para servirse otra copa de vino que bebió de un solo trago para volver a recostarse con los ojos cerrados. Así que aproveché de arroparme pues ya empezaba a sentirse el frío. Bajo las sábanas me acerqué a ella para abrazarla, lo que pareció exaltarla así que acaricié su espalda para tratar de calmarle.

- Shh, duerme tranquila- seguí con mis caricias.
- ¿Qué? ¡No!- volvió a sentarse- yo soy una puta, tú me pagas y yo te cojo o dejo que me cojas, no me vas a pagar por dormir una noche entera- alzó una ceja.
- De hecho es justo lo que planeo hacer, así que si no te molesta, vuelve aquí- dudó un poco antes de hacerme caso y volvió a acomodarse junto a mí.
- De verdad que es una cita particularmente inusual- me miró fijamente- ¿En serio ya no quieres hacer más nada? ¿Acaso hice o dije algo que no te gustó? Si es así...- la interrumpí por segunda vez en la noche.
- Eres muy hermosa y todo fue perfecto, pero estoy muy cansada y me gustaría dormir. Así que ya no te preocupes por nada más- volví a abrazarla.
- Como quieras... Igual es tu dinero.
- Ya duérmete, tú también debes estar cansada- le di un beso en la frente y cerré los ojos para entregarme a los brazos de Morfeo.

Amor de prostíbulo (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora