Capítulo #12

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Narra Kara:

Fue la agradable sensación de su peso sobre mi cuerpo lo primero que percibí por la mañana.

- Buenos días, mi cielo- saludé acariciando su espalda al notar que ya estaba despierta y al escucharme ella solo se abrazó más a mi cuerpo como respuesta- Llevas rato despierta, nena?- negó con su cabeza y al acariciar su rostro pude notar que estaba llorando- Mi vida ¿Qué tienes?
- Lo siento, sé que es temprano aún, puedes seguir durmiendo si lo deseas- se sentó a la orilla de la cama evadiendo mi mirada.
- Hey- me levanté para ponerme de pie frente a ella- Alza la carita- dije tomándola entre mis manos para luego envolverla en un abrazo que no dudó en corresponder.
- Solo abrázame, y no me dejes sola- dijo bajo por el llanto.
- Ven acá- tomé sus manos- volvamos a la cama- me senté recostada del gran cabecero y la ayudé a sentarse sobre mis piernas de frente a mí para volver a abrazarla- aquí me tienes- se aferró a mi pecho con gran fuerza justo antes de romper en llanto nuevamente. Pasaban los minutos y seguíamos ahí, ella dejando salir la cascada de dolor acumulado y yo con mis caricias en su espalda que por primera vez estaba sintiendo tan desnuda.
- Estoy cansada- dijo de la nada.
- Sé que sí- suspiré con pesadez apretándola a con suavidad.
- "El amor" solo me ha traído problemas...
- ¿A qué te refieres, cielo?- pregunté.
- A que no sería la primera vez que abusen de mí para apartarme de una mujer que me gusta- soy la mujer que le gusta, pensé.
- ¿Cómo que no es la primera vez?- la miré espantada.
- No, no lo es...- guardé silencio y tras un gesto de amargura continuó- El padre de Mina el día de su boda... Me dijo que yo no era nada, que ahora estaba sucia y era todo menos digna de ella... Bueno, para hacer la historia corta, todo eso lo dijo después de violarme en las cercanías del lugar. Tenía mucho miedo y fue tanto el dolor que me desmayé porque... Dijo que no sería el padre de mi bastardo... Así que... Me colocó de rodillas haciendo que apollara mis codos en el piso, separó mis nalgas y entró por detrás sin piedad- su forma tan directa y cruda de relatar los hechos podría ser brutal, pero es el tipo de cosas que no hay forma ni motivo para romantizar, las lágrimas deslizaban por su rostro sin parar y yo tenía el alma más que rota con solo escucharla- Por otro lado, mi primera vez...- rió con sarcasmo- "Mi noche de bodas" fue traumática, mi esposo fue despiadado, yo solo lloraba... él perdió la paciencia- volvió a romper en llanto y esta vez sus sollozos se volvieron sonoros en incontrolables- y tal vez suene exagerado y resulte difícil de creer, pero es lo que pasó.
- Yo te creo, ya no tienes porqué estar sola- dije y ella se apretó más a mí- Aquí estoy, mi amor, nada malo volverá a pasarte, lo prometo- mis lágrimas comenzaron a perseguir las suyas.
- ¡Y me dolió! Me dolió tanto- la simpleza de sus palabras me hacía sentir que tenía a una Lena de 14 años entre mis brazos desahogando por primera vez el calvario que llevaba dentro- Él inició lento, y a pesar de que fue espantoso me hizo creer que no sería tan malo, pero eso fue solo para disfrutar de su gran hazaña al cogerse a una virgen, porque luego se volvió una bestia- estaba ahogada en su propio llanto.
- Eras solo una niña... Una bebé...- sobaba su espalda sin saber qué más hacer o decir.
- Fue horrible Kara- bajó su mirada.
- Sé que sí- acaricié su cabello.
- Ni las peores noches en mi trabajo se comparan con esos hombres- al escuchar esas palabras sentí una punzada en el pecho- Miro hacia atrás y sé que he avanzado... Después de momentos en los que deseé ya no existir, levantarme cada mañana se siente como un regalo, pero no puedo negar que son cosas que aún me roban el sueño.
- Mereces una vida buena- no podía contenerme- Noches tranquilas y días bonitos.
- Fácil es decirlo Kara, y no es que crea merecer todo lo malo, pero estoy consciente de que mi realidad es otra- lo que yo daría por llenarte de amor para que solo exista paz en esa cabecita, pensé.
- Tienes razón, un hecho dice más que mil palabras- pegué la punta de mi nariz a su mejilla para luego darle un beso.
- Sí... Tan solo desearía que esos tiempos quedaran atrás- suspiró.
- La vida son constantes cambios, mi cielo- acaricié su cabello- Cuando menos esperes, todo lo malo habrá quedado atrás. Y para eso deberás creer firmemente en que mereces ser feliz.
- Eres demasiado cursi- rió- acabo de contarte todo esto y tú pareces un sol mañanero- sonrió de medio lado- Pero gracias por escucharme, y lamento todo el drama.
- No es drama, y no hay nada que agradecer, para eso soy tu novia- di un beso en su frente.
- Tú me trajiste para hacerte compañía, pero soy yo quien gracias a ti ha dejado de sentirse tan sola.
- Me agrada que sean así- sonreí en respuesta.
- También a mí, lástima que sea provisional- guardé silencio, pues no quería presionarla, pero si solo de mí dependiera... Sería distinto el curso de los hechos- No pongas esa cara, no me voy a morir, igual puedes visitarme en Le Chabanais cuando desees- arreglé su cabello tras su oreja y luego nos alcanzó el silencio.
- ¿Qué te gustaría hacer hoy?- pregunté luego de un minuto para aligerar el ambiente.
- Primero que nada, desayunar- rió- Tanto llorar me dejó con hambre- bromeó y yo reí con ella.
- ¿Aquí o en el restaurante?- pregunté.
- Abajo.
- Perfecto, entonces vamos a cambiarnos para bajar- di un beso en su mejilla y me apresuré para ayudarla a bajar de la cama.
- Gracias- tomó mi mano y fue directo al clóset para buscar ropa- ¿Puedo elegir tu atuendo?- preguntó bajito.
- Por supuesto- acepté y ella sonrió.

Amor de prostíbulo (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora