A veces la vida da giros inesperados y está es una de ellas.
La historia de una pequeña canasta que cambió mi vida por completo.•••
La luz de la luna es nuestra lámpara para guiarnos de su propia oscuridad que emanada su propia noche. Caminada sin un rumbo fijó, solamente usaba el escuchar de las hojas volando por el viento y el sentir de la brisa en mi pelaje y mi bufanda siendo jalada en cierta dirección para guiarme.
Pasaba por una pequeña villa. Por lo que veo todos se encontraban dormidos por sus hogares que no mostraban una pizca de luz en su interior, pase en el interior del valle observando las estructuras de los diferentes hogares, cada hogar es una manifestación propia de la personalidad de su propietario.Uno que me llamo más la atención era un gran edificio azul de tres pisos, con un techo rojo. Un poco más alejada del valle dónde para llegar a ese edificio se tenía que cruzar un pequeño puente con lago para pasar.
Deje de verlo para seguir con mi camino, ya estaba por salir del valle nada más tenía que pasar por encima de un camino de rocas del río y seguir mi camino. Empecé asaltar encima de las rocas con cuidado de no mojarme, cuando ya estaba en la mitad del camino veo algo flotando acercándose a mí dirección.
Cuando más se acerca empezé encontrarle forma. Era una pequeña canasta flotando produciendo unos pequeños y débiles sollozos en su interior, tome la canasta teniendo controlando mi equilibrio de no caer en la agua fría. cuando ví su interior todas mis emociones de ese momento se mezclaron; sopresa, enojo, tristeza, entre otras...
Era un bebé de tan solo 3 añitos, la canasta nadamás tenía armónica y una manta verde.
El pequeño mumrik se me queda viendo con sus ojos marrones llorosos que brillaban por el luz de la luna y yo le regrese su mirada que al igual también brillaban por la iluminación del mismo.¿Qué puedo hacer?, ¿Qué haré con él?, ¿Sigo mi camino?, ¿Lo dejo a su suerte o a un orfanato?.
Las preguntas empezaron a invadir mi mente, "¿Qué hago?". Era la más frecuente de las demás. ¿Lo dejo en una de las casas del valle? No, no, no sería una mala idea. ¿Lo llevo a mi viaje y lo dejo en una aldea? Peor, se va encariñar de mí y dejarlo sería más difícil de lo que ya está. Se me estaban acabando las opciones.
La cría de mumrik empieza acercar sus pequeños manos hacía mi rostro, lo alejé junto con su canasta en dónde el estaba para evitar cualquier conecta en mí. Odió que me toquen, el pequeño le empiezan a salir pequeña lágrimas en sus ojos marrones dando indecisos que va a llorar muy fuerte poniéndome más nerviosa al punto que mi cola se esponje. Pase por el camino de rocas de regreso al valle dejando la canasta al suelo, ya estaba desesperada no quiero que nadie se despierte haciéndome más difícil mi viaje.
Solté un suspiro de derrota para tomar al niño con asco por parte mía, ya que me estoy arrepintiendo lo que voy hacer, lo abrace junto mi pecho para tranquilizarlo tarareando una canción inventada para distraerlo.El bebé ya estaba llorando pero logré silenciarlo a tiempo cuando sentí su cabeza recargarse en mi cuello que estaba cubierto por mi bufanda. El pequeño mumrik solamente sollozaba y murmurando débilmente una palabra.
"Papá..."
No sé que le habrá pasado, pero algo tuvo que ver el padre de esté podré niño. Sigo con mi cantó improvisado mientras observó el horizonte del río dónde estaba náufrago el bebé... ¿Qué habrá hecho para elegir esa decisión?.
Dejó de cantar para observar el mumrik que tenía en mis brazos ahora dormido por llorar tanto. Dormía plácidamente en mi cuello sosteniendo mi bufanda con fuerza con la intención de nunca soltarlo. Mientras yo suelto un suspiro de derrota pero a la vez por la adorable escenas que estoy viendo.
- Supongo que mi viaje puede esperar. -
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La Bufanda de la primavera
Hayran Kurgu¿Una pequeña canasta con una sopresa dentro puede cambiar la vida de una mumrik hembra? Snufkin x Reader!Adoptive mother