CAPITULO 27

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Narración por el Hijo de Jung Min

La tarde bañaba la habitación con una cálida luz dorada que se filtraba a través de las cortinas. Sentado en su escritorio, el hijo de Jung Min, un joven de casi 10 años, hojeaba un álbum de fotos antiguas con una expresión reflexiva en su rostro. Sus dedos recorrían las páginas con cariño, deteniéndose en cada imagen para revivir los recuerdos de su infancia. Aunque su madre ya no estaba físicamente presente, su espíritu parecía impregnar cada rincón de la habitación, guiándolo con su amor y sus enseñanzas.

El joven había heredado de su madre su determinación y su deseo de ver felices a quienes amaba. Era consciente de los momentos difíciles que su padre había enfrentado y comprendía la complejidad de la relación entre él y Jun. Sin embargo, también intuía que había un amor profundo entre ambos, un amor que había sido afectado por el pasado pero que aún podía sanar.

Cerrando suavemente el álbum, el joven se puso de pie y se acercó a la ventana. Observó el cielo con una mirada pensativa, sumido en sus reflexiones. Desde la partida de su madre, había sentido la responsabilidad de cuidar y velar por la felicidad de su padre.

Había captado los sentimientos de su padre hacia Jun en momentos sutiles: miradas cargadas de nostalgia, gestos tiernos que apenas se percibían. A pesar de los obstáculos y las diferencias, también había visto momentos de conexión genuina y alegría compartida.

Decidido, se encaminó hacia la sala de estar, donde su padre estaba absorto en sus pensamientos. Con pasos firmes y una mirada decidida, se sentó a su lado. Jung Min lo miró con sorpresa, pero también con cariño y curiosidad.

"Papá", comenzó el joven con una voz suave pero firme. "Sé que has pasado por mucho, y también sé que amabas a Jun."

El asentimiento de su padre fue lento, acompañado de un suspiro que parecía cargar el peso de los recuerdos.

"Quiero que sepas que mi mamá siempre deseó verte feliz", continuó el joven con una voz llena de comprensión. "Aunque nunca lo logró del todo, siempre quiso conquistar tu corazón y ser parte de tu vida."

Las palabras del joven resonaron en el aire, llenas de sinceridad y cariño. Los ojos de Jung Min se humedecieron, conmovido por las palabras de su hijo.

"Voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para que encuentres la felicidad, papá", declaró el joven con firmeza. "Sé que las cosas no son fáciles entre tú y Jun, pero también veo el amor que hay entre ustedes. Quiero verte sonreír de nuevo."

Las lágrimas asomaron en los ojos de Jung Min mientras escuchaba a su hijo hablar con una madurez que lo dejaba maravillado. Extendió una mano y acarició el cabello del joven con ternura.

"Gracias", logró articular, su voz quebrada por la emoción.

El joven le sonrió dulcemente y apretó la mano de su padre. "Estoy aquí para ti, papá. Quiero cumplir la promesa que le hice a mamá. Quiero que encuentres la felicidad, y si Jun es parte de eso, entonces estaré a tu lado para apoyarte."

Con un asentimiento lleno de gratitud, Jung Min abrazó a su hijo con fuerza, dejando que las lágrimas fluyeran sin restricciones. En ese momento, sintió una mezcla de gratitud y esperanza. Sabía que el camino no sería sencillo, pero tenía a su hijo a su lado, dispuesto a luchar por su felicidad y a honrar la memoria de su madre.

Mientras se abrazaban, el joven miró al futuro con determinación, listo para enfrentar los desafíos y trabajar por un futuro lleno de amor y alegría junto a su padre y, posiblemente, junto a Jun.

Narración Saeng 

Saeng se encontraba solo en su habitación, rodeado por una tenue penumbra. La fotografía reposaba en sus manos, susurros silenciosos de un pasado que parecía haber quedado atrás. Sus ojos oscuros se perdieron en los rostros sonrientes que habían compartido momentos inolvidables. El aire parecía cargado de nostalgia y anhelos no expresados.

Sus dedos rozaron con ternura las imágenes de la fotografía. Aquellos días eran como tesoros guardados en su corazón, instantes en los que la juventud fluía sin preocupaciones, donde las risas y los sueños eran el pegamento que unía a todos ellos. Entre las figuras capturadas en papel, destacaban dos que compartían un parecido impresionante: su esposa y el hermano de ella, Hyun.

La similitud entre Hyun y su hermana siempre había sido innegable, y Saeng no pudo evitar sentirse atraído por aquel joven desde el primer momento en que lo vio. Pero esa atracción había sido una carga pesada de llevar, porque Hyun, más allá de todo, era un amigo inquebrantable y un hermano para su esposa. La culpabilidad lo había hecho reprimir esos sentimientos, aunque fueran difíciles de controlar.

No obstante, todo cambió cuando la hermana de Hyun entró en su vida. Su risa, su energía, su forma de ver el mundo... todas esas cualidades comenzaron a ocupar sus pensamientos, y poco a poco, el lugar que Hyun ocupaba en su mente se desvaneció frente a la intensidad de su nuevo amor. Cómo pudo dejar de sentir atracción por su amigo cuando estaba cayendo en un abismo de amor por su hermana.

Recordó los momentos en que compartió con ella, los paseos juntos, las conversaciones profundas, el simple placer de estar en su compañía. Cada día había sido un descubrimiento, una revelación de sentimientos que nunca había experimentado antes. Pero ahora, ella ya no estaba. La realidad cruel de la pérdida lo había golpeado con fuerza, arrebatándole a la persona que había llegado a ser su centro de gravedad emocional.

La imagen de su esposa seguía enmarcada en su mente, una sonrisa etérea que lo iluminaba incluso en la oscuridad de su dolor. Y sin embargo, había momentos en los que su mente volvía a Hyun, a esa atracción que había sido el secreto más profundo de su corazón. Se sentía culpable por tener esos pensamientos, por sentir que traicionaba la memoria de su esposa al tener incluso la sombra de esas emociones.

El nudo en su pecho apretó con fuerza mientras enfrentaba sus propias contradicciones. Sentía remordimiento por sentir lo que sentía, por desear lo que deseara. Su esposa había sido una mujer excepcional, y él la había amado con toda su alma. Pero ahora, tenía que lidiar con un resurgimiento de emociones que había intentado enterrar.

Se pasó una mano por el cabello, frustrado consigo mismo. ¿Cómo podía sentir algo por Hyun cuando su esposa ya no estaba? La confusión lo envolvía como una niebla densa, y sus pensamientos eran un torbellino de deseos y culpas. Atrapado entre el recuerdo de su esposa y la posibilidad de un nuevo sentimiento, Saeng se encontraba en un terreno desconocido y complicado.

El reflejo de la luna en la ventana lo sacó de sus pensamientos. Suspiró suavemente y dejó la fotografía a un lado. Se frotó el rostro con las manos, tratando de encontrar claridad en medio de la tormenta emocional que lo embargaba. Sus emociones eran un laberinto intrincado, y no sabía por dónde comenzar a encontrar respuestas.

Miró a través de la ventana, sus ojos perdidos en el cielo nocturno. En su interior, sabía que necesitaba tiempo para comprender lo que estaba sintiendo, para descifrar qué significaba esta confusión. El recuerdo amoroso de su esposa seguía siendo fuerte, pero también había un espacio en su corazón que no podía negar. Era un espacio lleno de recuerdos, de deseos y de una amistad que parecía resistir el paso del tiempo.

Saeng sabía que debía enfrentar sus emociones, por dolorosas o confusas que fueran. No podía huir de ellas ni de su propia naturaleza. Pero también sabía que debía hacerlo con respeto y honestidad, tanto hacia sí mismo como hacia Hyun, su amigo, su confidente. No quería poner en riesgo la relación que habían construido juntos ni tampoco deseaba traicionar la memoria de su esposa.

Con un suspiro resignado, Saeng se levantó de la cama y se acercó a la ventana. La luna iluminaba su habitación, y en su mirada se reflejaba la incertidumbre, la nostalgia y la lucha interna que lo consumía. Sabía que el camino por delante no sería fácil, pero estaba dispuesto a explorarlo con cuidado y a enfrentar sus sentimientos, sin importar a dónde lo llevaran.

SEGUNDA OPORTUNIDAD - HYUNSAENG 😘😊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora