CAPITULO 9 / CORREGIDO

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La alborada llegó inesperadamente, llenando el aire con una mezcla de ansiedad y anticipación. El amanecer, un testigo silente, se asomaba por la ventana y traía consigo la promesa de un día que cambiaría muchas cosas. Tanto Jun como yo nos encontrábamos sumidos en un nerviosismo palpable. Habíamos sido víctimas de la ansiedad que acompañaba el inminente encuentro con dos personas que habíamos amado profundamente.

La tensión de la noche nos había mantenido despiertos, sumidos en pensamientos turbulentos y temores no expresados. Después de todo, no era un encuentro cualquiera; finalmente, me enfrentaría a Saeng después de años de separación, mientras que Jun se vería cara a cara con la persona que le había causado dolor.

En la oscuridad de la habitación, yaciendo uno junto al otro, encontramos un refugio para nuestras emociones. En un acto de vulnerabilidad, confiamos nuestras ansiedades y temores el uno al otro, dejando al descubierto aquello que nos abrumaba y consumía. Fue a través de nuestros cuerpos entrelazados que hallamos un escape temporal, una forma de liberar la presión acumulada.

Cada caricia, cada beso, eran una forma de comunicación silenciosa. En la calidez de nuestros cuerpos, compartíamos un momento de libertad efímera que nos transportaba lejos de la realidad inminente. En ese instante, éramos capaces de olvidar las preocupaciones y desafíos que se cernían sobre nosotros. Era un escape necesario, una manera de buscar consuelo y alivio en medio del caos emocional.

Quién hubiera pensado que me volvería tan dependiente de Jun, de su toque, de su cercanía. Era una conexión que trascendía las palabras, un lazo que se había ido formando a medida que enfrentábamos juntos nuestros demonios internos.

Después de darnos un respiro en medio de nuestros abrazos y caricias, el momento llegó en que debíamos enfrentar el mundo exterior. Me coloqué la chaqueta con determinación mientras me preparaba para el encuentro que tanto había temido. Una mirada a Jun reveló su propia ansiedad. Sus manos temblaban levemente, y su inquietud era evidente en el vaivén de sus pasos.

"¿Jun, estás bien?" pregunté con preocupación, acercándome a él.

"No creo estar listo, Hyun", susurró, sus ojos transmitiendo un miedo sincero.

Hice a un lado mis propios temores y lo rodeé con un abrazo reconfortante. Jun necesitaba apoyo y comprensión en este momento más que nunca.

"Por eso te dije que no vinieras", admití mientras lo abrazaba con firmeza. Sabía que este encuentro era un desafío para ambos, pero quería protegerlo a toda costa.

"No quería dejarte solo", susurró mientras se aferraba a mí. "No pensé que esto sería tan difícil."

No iba a dejarlo solo, no en un momento como este. Le devolví el abrazo con determinación. "No te voy a dejar solo, Jun."

Sus ojos se encontraron con los míos, llenos de emoción y vulnerabilidad. Sabía que debía encontrar la fuerza para enfrentar mis propios miedos si quería apoyar a Jun.

"Esta podría ser tu oportunidad, Hyun", dijo con una sonrisa triste, sus palabras cargadas de esperanza.

"No seas tonto, Jun", respondí seriamente, tratando de apartarme de su abrazo para darle espacio.

"No trates de huir, Hyun", insistió, apretando su agarre y acercando nuestros cuerpos. Era como si quisiera evitar que me escapara de la realidad que nos rodeaba. "Todavía amas a Saeng."

"Y tú amas a Jung Min", interrumpí, sin querer herirlo pero sin desviar la conversación.

"Sí, pero tú no viviste lo que yo viví, Hyun", respondió, tomando mi rostro con suavidad. "Ahora puedes tener la oportunidad de hacer realidad tu amor con Saeng. Dale una oportunidad a tu propio corazón."

"No voy a hacerlo, Jun", afirmé con seguridad. La imagen de mi hermana recién fallecida estaba fresca en mi mente. No podía permitirme deshonrar su memoria ni la relación que había compartido con Saeng.

"Te estás engañando a ti mismo", acusó Jun con su característica franqueza.

"Además, lo que tú y yo compartimos..." empecé a decir, pero Jun me interrumpió con determinación.

"Sabes que esto no es nada, Hyun. Desde el principio, dejamos claro lo que era", afirmó Jun mientras se ponía la chaqueta.

"Pero yo siento algo", afirmé, acercándome de nuevo a él. No podía negar la conexión profunda que había crecido entre nosotros.

"No hagas esto, Hyun", rogó Jun, retrocediendo. "No trates de cambiar las cosas ni lo que estamos discutiendo ahora."

"Podría cambiar", declaré mientras mis labios buscaban los suyos con urgencia. Necesitaba esos besos desesperadamente, como si temiera caer en la tentación de Saeng.

"Mientes", susurró Jun sin aliento cuando nos separamos.

"Jun..." murmuré, atrayéndolo de nuevo a un abrazo. Necesitaba sentir su cercanía y su apoyo en ese momento de incertidumbre.

"Estás tan asustado como yo", afirmó Jun, su voz llena de comprensión mientras sus labios volvían a los míos, besándome con pasión. Era como si nuestros besos fueran un refugio temporal, un lugar donde podíamos evadirnos de los eventos que se avecinaban.

"No te abandonaré", prometí cuando finalmente nos separamos.

"Gracias, y yo tampoco te abandonaré", susurró Jun, mirándome con intensidad. "Quiero que encuentres tu felicidad."

"Y yo también", respondí sincero.

"Y te ayudaré a encontrarla", murmuró Jun en mi oído antes de darme un suave beso en los labios. Se apartó de mí con una sonrisa juguetona antes de salir de la habitación.

"Jun", lo llamé, pero sabía que ya se había ido. Sus palabras resonaban en mi mente, desafiándome a mirar más allá de mis miedos y a considerar las posibilidades que el futuro podría ofrecer.

SEGUNDA OPORTUNIDAD - HYUNSAENG 😘😊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora