01

6 1 18
                                    

         Me encanta la humanidad, pero odio a los humanos. —Albert Einstein.

                              

—Parece que te han dejado plantado —dice un tipo, mientras me aparto del teléfono haciendo un discreto clic en la pantalla de bloqueo, para que no pueda ver lo que estoy viendo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Parece que te han dejado plantado —dice un tipo, mientras me aparto del teléfono haciendo un discreto clic en la pantalla de bloqueo, para que no pueda ver lo que estoy viendo.

Arqueo una ceja mientras lo estudio. Guapo, de unos 20 años, sonrisa arrogante, postura dominante... Aunque definitivamente está llamando a la puerta equivocada.

—En realidad, disfruto comiendo solo —le digo con una jodida y dulce sonrisa.

No entiende la indirecta, porque sus ojos se estrechan con determinación. Los alfas prefieren el desafío, debería haberlo sabido.

—Soy Serim. Tú eres... —Deja que sus palabras se desvanezcan mientras me mira, pero no digo nada antes de beber mi café—. Si no me das tu nombre, te llamaré Belleza.

Qué original.

Su intento de coqueteo es obviamente inexperto y ciertamente subdesarrollado. Por supuesto, está acostumbrado a salirse con la suya sin mucho alboroto, lo que significa que tampoco hace ningún esfuerzo después de conseguir su premio. Considerando su traje caro y su visible atractivo no me sorprende.

Muchos hombres pasarán por alto su arrogancia, confundiéndola con la vanidad, incluso es posible que la encuentren encantadora.

Pero soy el chico equivocado.

—¿Qué tal si me llamas No Interesado? porque es la descripción más adecuada de mí en este momento —le digo reclinada en mi silla, relajado y en completo control.

—Aparentemente no te has fijado bien —procede, inclinándose hacia atrás y posando en una postura que no me da nada más que mirar a un idiota arrogante.

—He visto más que suficiente. Aún no me interesa. 

Su mirada se oscurece cuando da un paso atrás.

—Bien. A la mierda. No necesito que se me congele la polla de todas formas —dice antes de darse la vuelta y caminar hacia una mesa donde hay otro tipo sentado.

El sol hoy no brilla, considerando que está nublado. Sólo somos unos pocos los que optamos por el patio en lugar del interior de la cafetería, porque parece que va a llover. A pesar de que están a varias mesas de distancia, todavía puedo ver a su amigo riendo y moviendo la cabeza mientras el Sr. Arrogante se sienta, malhumorado y abatido.

Continúo viendo las imágenes en mi teléfono hasta que siento unos ojos sobre mí, el amigo del Sr. Arrogante no aparta la vista cuando lo veo estudiarme. No está mirando de reojo ni siquiera se muestra interesado, diría que está tratando de leerme como yo lo hago con la gente.

Riesgo [Miniham]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora