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Podía sentir los rayos del sol quemando mi piel, la brisa del mar mover mi cabello y unas manos en mi cintura

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Podía sentir los rayos del sol quemando mi piel, la brisa del mar mover mi cabello y unas manos en mi cintura. Sonreí al sentir el toque tan familiar y ese olor varonil que solo él tenía.

Abrí mis ojos al sentirme segura, la playa estaba sola para nosotros.

—Vamos al mar —dijo aquella voz antes de besar mi hombro.

Me cargó como si fuera princesa lanzándose al mar conmigo en brazos. Solté una carcajada apenas salí del agua.

El chico me levantó de la cintura haciendo que enredara mis piernas en su cintura y mis brazos en su cuello—. Sabes que no me gusta el mar.

—No pareces odiarlo tanto ahora mismo —le respondió aquel chico muy cerca de mi.

Pronto repartió besos por toda mi cara hasta llegar a mis labios y yo agradecí porque jamás había sentido esa paz y felicidad al tocar unos labios.

Vi esos preciosos ojos azules, tan parecidos al océano y suspiré—. Te amo —dijo viéndome a los ojos.

—Y yo te amo a ti —besé una última vez sus labios.

No podíamos apartar la vista del otro, y no queríamos.

—Ximena —fruncí el ceño al oír la voz distorsionarse, poco a poco la escena se desvanecía hasta que la voz cambió a una que conocía muy bien—. Ximena...

— ¡Ximenaaa! —solté un quejido al sentir un peso de más encima mío.

Patricio —dije sin respiración despertando de ese hermoso sueño—. O te quitas o te meto un putazo.

Llevó horas llamándote, reina —se acomodó en la cama junto a mí—. Pero nomás andabas contando borregos con una sonrisota… ¿con quién soñaste eh?

Pues… —borré mi sonrisa al no recordar el rostro del chico en mis sueños—. No lo recuerdo.

Achinga —me vio mal—. Dimeee… no seas así.

Te juro que no sé quien era —cerré mis ojos intentando ver nuevamente ese rostro pero estaba distorcionado—. Era rubio y tenía las mejillas rojas, estábamos en la playa… estábamos…

Capaz y era el amor de tu vida y ni siquiera te acuerdas del wey —suspiró decepcionado—. Alistate que tenemos un largo día. Elba y Brett te van a esperar en el lobby.

Ese día en específico era especial para mi mejor amigo, para su familia y para mí. Ese día, en Baréin, Pato tendría su primera carrera como piloto de Fórmula 1 con el equipo McLaren y yo no podía estar más que emocionada por él.

Claro que ahora sería más difícil asistir a sus carreras por mi universidad, cuando él corría en Indycar podía darme esos lujos pero ahora que estaría incluso en otros continentes se me haría casi imposible.

WILDEST DREAMS | MAX VERSTAPPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora