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Lo acepto, estoy completamente enamorado de Ximena

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Lo acepto, estoy completamente enamorado de Ximena. Ya no podía ocultarlo más.

Me había despertado antes de lo esperado y ahora solo podía verla dormida, su cabello castaño ocupaba gran parte de su almohada, sus largas pestañas, su respiración tranquila, esas pecas en su rostro, sus labios. Era como una verdadera obra de arte.

Sabía que quería algo serio con ella, necesitaba hacer oficial lo mío con Ximena, necesitaba poder tomarla de la mano en la calle, festejar mis podios y poles con ella. Dios, quería todo con ella.

Deje un beso en su frente antes de levantarme de la cama y con mi teléfono en mano salir de la habitación.

Tragué en seco al ver el contacto de Kelly en mi pantalla, era momento de afrontar mi realidad—. ¿Max? —su tono de voz era de confusión.

—Kelly, hola —aclaré mi garganta—. Necesito hablar contigo.

¿Ya lo pensaste mejor?

—Quiero que hagamos oficial nuestro rompimiento —un silencio se formó en la línea—. Hoy mismo.

Conociste a alguien más, ¿no es así? —escuché como su voz se quebró—. ¿Estás con ella ahora mismo?

—Kelly... creo que eso no es de tu incumbencia —debía ser fuerte, no podía volver a caer—. Te agradezco por dejarme formar parte de la vida de Penélope y por estar en momentos importantes de mi vida pero creo que es mejor pasar este capítulo y seguir cada quien con nuestras vidas... Lamento si en algún momento te hice creer que podríamos arreglar lo nuestro.

¡No es justo! —gritó—. Te di parte de mi vida, te puse primero en muchas ocasiones.

—Me engañaste Kelly, más de una vez —le recordé—. Nuestra relación no era precisamente la más sana y me di cuenta de muchas cosas, cosas que realmente no quiero volver tener en mi vida.

Eres un imbécil, Max Emilian —soltó con furia—. Sin mi no serías nadie.

—Antes de ti tuve una vida y la sigo teniendo. Sé feliz y encuentra lo que realmente necesites —dije sin más—. Mi agente se va a comunicar con el tuyo para ajustar los detalles de la publicación, cuida de Penélope y espero que me dejes verla una última vez para despedirme de ella. Adiós.

Colgué el teléfono sin esperar alguna respuesta, sabía que si escuchaba lo que diría volvería a rendirme ante ella, ese era su poder: las palabras.

Suspiré viendo el paisaje que me regalaba Bakú cuando sentí unas delicadas manos abrazarme por detras—. Buenos días guapo —dejo un beso en mi espalda.

Volteé aún con sus brazos abrazándome y sonreí tontamente admirando su rostro—. Eres hermosa —deje un pequeño beso en su frente—. ¿Dormiste bien?

WILDEST DREAMS | MAX VERSTAPPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora