vii.

596 76 19
                                    

Apenas era vienes y yo ya estaba cansada de la vida, estaba frustrada por no recibir respuestas del programa al que me inscribí y para acabarla había enviado una solicitud de trabajo al mismo canal en el que había hecho mis pasantías y desgraciada...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Apenas era vienes y yo ya estaba cansada de la vida, estaba frustrada por no recibir respuestas del programa al que me inscribí y para acabarla había enviado una solicitud de trabajo al mismo canal en el que había hecho mis pasantías y desgraciadamente me habían contratado.

Y para mi mala suerte el área de Motorsport, específicamente el área que manejaba la Fórmula 1, tenía una vacante disponible y mi actual jefe había leído en mi cv que tenía experiencia en esa área así que amablemente le pidió a mi antiguo jefe que fuera a cubrir esa área en lo que conseguían otra periodista que realmente se quisiera dedicar al Motorsport.

No pude decir que no.

Pero no todo era malo pues para mi buena fortuna me permitirían escribirte artículos para la página web que tenía el canal y me dedicaría exclusivamente a la MLS hasta hasta que me desocuparan en la otra área.

El día de hoy había tenido una junta para presentarme con mi equipo de trabajo. Todos eran increíbles y dedicados a sus tareas y lo que más me agradaba es que no veía malos tratos entre ellos, el ambiente se sentía tranquilo.

El reloj en mi automóvil marcaban las seis de la tarde y yo solo quería subir a mi habitación y dormir como si no hubiera mañana.

Lamentablemente eso no iba a suceder pues yo y mi manía de no saber decir que no había aceptado a salir con mis compañeros de trabajo en la noche a un club latino muy popular en la ciudad.

—Ya llegué —bostece dejando mis llaves en la mesa de la entrada—. ¿Hicieron pasta? Huele delicioso.

—Hola —quedé petrificada al reconocer la voz de mi nuevo amigo a espaldas de mi, ni siquiera había colgado mis llaves de la impresión—. Vaya, si te sorprendí.

Me puse nerviosa al sentir las pisadas de Max y como un cosquilleo se instalaba en mis hombros cuando puso sus manos ahí para voltearme a verlo.

—Hola, Xime —paso un mechón de mi detrás de mi oreja y mis piernas temblaron al oírlo mencionar mi nombre de esa manera—. ¿Me extrañaste?

Tragué en seco viéndolo fijamente a los ojos, los suyos demostraban pura ilusión y emoción de verme. Una sonrisa creció en su rostro al ver como empezaba a reaccionar nuevamente.

Y es que verlo ahí me había sorprendido más de lo que pensé, estaba nerviosa, emocionada, feliz y solo quería saltar a sus brazos así que lo hice.

— ¡Maxie! —me agarro de la cintura acercándome más a el—. Dios, ¿qué haces aquí?

—Tengo esta semana libre y debía venir por mi avión —se rió ajustando su agarre en mi cintura—. Así que aproveché para darte una visita.

Podía ver que desde la puerta de la cocina Ama, Elba, Brett y Pato nos veían, las dos primeras lucían emocionadas, el tercero tenía una sonrisa traviesa en sus labios y finalmente Pato nos veía con el ceño fruncido.

WILDEST DREAMS | MAX VERSTAPPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora