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Era miércoles por la mañana cuando la alarma de Max sonó, Bradley recién había llegado la noche anterior y le había llamado para informarle que empezarían a entrenar esa mañana

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Era miércoles por la mañana cuando la alarma de Max sonó, Bradley recién había llegado la noche anterior y le había llamado para informarle que empezarían a entrenar esa mañana.

El neerlandés soltó un bostezo caminando hasta el baño, sonrió de lado al ver a Ximena descansar plácidamente con Sirius en la alfombra de su lado. Anoche se habían desvelado jugando videojuegos, empezaron con FIFA y terminaron en el simulador que Max había comprado para el apartamento hasta que dieron las tres de la mañana y el sueño los invadió.

—Buenos días —saludó cuando contesto la llamada de Christian.

Max intento hacer el mínimo de ruido cuando entro a la cocina, no quería despertar a la chica.

Buen día Max —la voz del hombre se oía animada—. Solo para confirmarte que la reunión será mañana a las 10 de la mañana, por favor movimos la reunión porque tu nos lo pediste así que yo te pido que llegues a tiempo.

—Lo sé —se paso la mano por la cara queriendo despavilarse—. Gracias.

Si, no hay de que —Christian guardo silencio nos segundos—. Pero ahora dime ¿Qué tal todo? ¿Ya se lo dijiste?

Una sonrisa se formó en los labios de Max—. ¿Qué puedo decirte? Estoy enamorado —suspiró—. Hoy se lo pediré en la tarde.

Me alegra saber eso —se escuchó una risa por parte del hombre—. Espero que todo salga bien y mañana llegues con la buena noticia.

—Gracias, Christian —Max observo a Sirius llegar directamente hasta donde su plato de agua estaba—. Te dejo, creo que Ximena se despertó.

—Está bien, suerte.

Max sacó las cosas necesarias para preparar waffles y y puso en la cafetera la cápsula del café favorito de Ximena.

—Buenos días guapo —Ximena sonrió saliendo de la habitación, su cabello lo traía en un moño alto y su cara, a pesar de traerla todavía hinchada, estaba recién lavada.

—Buenos días linda —dejo un beso en sus labios—. Estoy preparando waffles... tu café ya está listo.

—Que rico, gracias —se recargo en la barra y le dio un sorbo al café—. ¿Quieres que te ayude en algo?

—Sólo me falta picar el plátano —señaló.

Ximena se lavó las manos antes de sentarse en la silla y empezar a picar el plátano.

— ¿Quieres un smoothie de fresas? —preguntó la chica sacando las fresas del refrigerador—. ¿O de manzana?

—Mmm de fresas por favor —sacó los waffles y los colocó en un plato antes de sacar la nutella y la crema de maní.

WILDEST DREAMS | MAX VERSTAPPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora