¿Te gustaría tener un accidente y no poder recordar tu pasado...
Que tu familia te diga siempre mentiras...
Que te golpeen cuando quieran...
Que hayan usado tu pérdida de memoria para usarte...
O hasta que te hayan creado un mundo moldeado para que...
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...Domingo...
•••
—Cuéntame lo que quieras Ada.
—Hay algo que me están ocultando —afirmo sin titubeos.
Estamos sentadas en el sofá. Bueno, Amelia está sentada, yo estoy acostada sobre su regazo.
Acabo de decidir contarle todo a ella, absolutamente todo. No me gusta tener secretos con Mel, con cualquiera otra persona sí, pero con ella no.
Son las siete de la mañana. Sí, me levanté temprano.
En fin, estamos en domingo, son las siete de la mañana y estamos hablando en el sofá, y hace segundos decidí decirle la verdad. Ella es la única que me entiende, me apoya, me aconseja y me ayuda.
No siento que pueda pasar algo malo por el simple hecho de contarle esto a ella.
—¿Quién? —pregunta tranquila.
—Ustedes, mi familia, mis amigos. Siento que me ocultan algo, algo que tienen miedo que descubra —me pongo boca arriba para ver su cara.
—¿Qué te hace pensar eso? —empieza a acariciarme el cabello de forma tranquila.
—Sus actitudes, sus señas, todo Mel, y siento que...
—¿Qué...? —me motiva a seguir cuando me quedo en silencio.
—Siento que... No sé, no sé —ella inspira profundo.
—A ver, sientes que te ocultamos algo, pero ¿Algo como qué Ada? —dice relajada.
Sé que es algo referente a los chicos, la cosa va de ellos, pero no sé cómo explicarle, le quiero contar todo, pero no sé cómo empezar y aún no hay un final.
Pero es seguro que ese final lo voy a encontrar quieran o no.
Como tiene que ser.
—¿Qué tienen de especial esos chicos? —ella no reacciona al tiempo, pero después se tensa y dura un momento en silencio.
Mala señal, Ada, mala señal.
—Que no son buenas personas Ada. Los conocemos y tú los conoces desde hace años, mucho antes de tu accidente —suelta un largo y pesado suspiro —. Ellos provocaron tu accidente, no fue una estúpida vieja. Nadie sabe exactamente como fue, pero ellos llegaron y nos confesaron todo. Piensan destruirte de nuevo. Te quieren muerta —me sorprende su confesión, tanto que me levanto de su regazo, para verla.
