♠️CAPÍTULO XXI♠️

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Una semana después

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Una semana después.

Sábado.

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—No tengo ánimos —recalco mientras ella sigue buscando los zapatos nuevos que compré y nunca usé.

—No es opcional —se para frente a mi con la caja que no se donde encontró.

—Pero...

—Pero nada —me interrumpe —. Ya hablé con tus padres y me dieron pase de sacarte.

Dios mío.

Del clóset saca el vestido negro corto de mangas y escote que conservo nuevo aún. En el tocador revisa los cajones sacando un collar echo de diamantes negros y de oro, el cual me regaló Adrien.

Hermoso.

También saca la cadena del vestido. Una cadena dorada que va en la cintura del mismo.

Abre la caja encontrando más polvo y empieza a estornudar repetidas veces. Después de calmarse, saca los zapatos negros con blanco, los ve por un rato y luego los acepta recalcando mi buen gusto.

Me manda a bañar mientras ella sigue buscando ropa para ella.

Entro al baño y cierro. Me paro frente al espejo viendo las cicatrices... De lo que eran heridas. Sanaron rápido. Y aún sigo sin saber si es verdad lo de la mesa o no.

Me quito la ropa y me veo la cicatriz de la pierna que aún se ve rojiza. Entro a la ducha y empiezo a bañarme.

Al terminar salgo envuelta en una toalla y con otra me seco el cabello.

Lacy está acostada en la cama semidesnuda. Al escuchar que cierro la puerta se sienta en la cama y me pide que vea la ropa que eligió para ella. Un vestido rojo de tirantes, unas sandalias plateadas de tacón bajo, una pulsera básica, un collar de perlas de color carmesí y unos aretes dorados.

—No tomes los medicamentos hoy —se levanta y dirige al baño.

No pensaba hacerlo igual. Llevo cinco días que no los tomo y me siento mejor sin ellos. Pienso que son ellos los que pueden estar ocasionando las lagunas fuertemente. Estoy haciendo como las vez pasada, los que me tocarían los boto, aunque con cuidado por las camaras que siguen en mi habitación y sabrá Dios dónde.

Veo el vestido que usaré... Es lindo y bueno para la ocasión. Busco ropa interior acorde al vestido, lencería, y me visto mientras Lacy se baña.

Me paro frente al espejo noto que el vestido me queda ajustado en...

—Estas buenísima, ¿Eh? —sale del baño de la misma forma que salí yo, se acerca mas y quedamos las dos frente al espejo, veo como sonríe ampliam... 

—¡ACALACIA! —Grito cuando me da una de sus nalgadas sorpresa y corre de vuelta al baño, y se encierra con seguro.

Dios mío, juntas parecemos dos niñas pequeñas.

Mi Oscura VerdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora