♠️CAPÍTULO XVIII♠️

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Aquí ya nos vamos adentrando en la historia...

Espero les guste.

Besitos para ti💋

Besitos para ti💋

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—¿Mel? —Pregunto al vacío de la casa.

Acabo de llegar después de, literalmente, desmayarme en brazos de Daleth al enterarme que en mi habitación hay cámaras. Sin grabadora de sonido por lo menos.

Por lo menos.

—¿Qué ocurre? —responde Amelia saliendo de una de las habitaciones del pasillo. Su aspecto es... Horrible.

—¿Estás bien? —me acerco a ella a paso lento, ella me ve, sus ojos se cierran y se abren lentamente y luego se desmaya, pero antes de que caiga le agarro los brazos y la cabeza para que el golpe no sea tan fuerte.

La dejo tirada en el suelo y voy por alcohol, cosa que no encuentro.

¡Maldición!

Busco en los estantes y no lo encuentro... ¡Dios!. Empiezo a oler todo líquido transparentes en cualquier frasco, es irritante no encontrar las cosas cuan... ¡Joda! ¡El vinagre! Ahora siento que la que se va a desmayar soy yo, que olor tan desagradable. Sigo oliendo frascos hasta que por fin doy con el alcohol, en un frasco que no asimila a nada con alcohol.

Vuelvo a la sala, pero... Adrien y Adeline ya están ahí. Adrien, hombre que llevaba días sin ver, está ahí, al lado de Amelia, pasándole suavemente el alcohol por la nariz mientras también le echa en la frente y en la parte de atrás del cuello.

Veo el frasco en mis manos y veo de nuevo a Amelia.

—Ve a tu habitación —me ordena Adrien. Tengo el impulso de decir "¿La que me tienen vigilada?", pero no quiero problemas ahora.

—Ella... ¿Estará bien? —pregunto inútilmente.

—Ya veremos —dice mientras carga a Mel y se la lleva por uno de los tantos pasillos, y Adeline los sigue.

Muy bien, nunca Adrien me había tratado de forma tan insignificante.

Eso dices.

Empiezo a subir las escaleras para subir a mi habitación, pero freno bruscamente. Puedo tomarme el tiempo de recorrer la casa, nunca lo he echo, que lo haga ahora no quiere decir nada. A demás puedo revisar y ver dónde están las pantallas de las cámaras que están en mi habitación ¿Cierto?

La curiosidad mató al gato.

Dicen que el se suicidó al descubrir la verdad.

Te puede pasar.

Lo dudo.

Bajo el tramo de escaleras que subí y me dirijo a un pasillo lejano al que se fueron Adrien y Adeline con Mel. ¡Mierda! este si que es largo, tiene miles de habitaciones, puertas negras con una leve luz amarilla, techo gris, paredes blancas, y la cerámica es blanca con negro y puntos amarillos.

Mi Oscura VerdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora