Stay With Me (Leon Kennedy x lectora) RE2 | 1 Libro COMPLETO

3. No eres más que un niño

¿Puede haber algo peor que haber aceptado la ayuda de este hombre? Bueno, que la comisaría este solitaria y burdamente dejada en la completa soledad. No había nadie aquí, ni los mencionados sobrevivientes de los que Taylor, quién ya estaba acostado sobre uno de los sillones de la recepción, me había dicho. No esperaba nada y aun así, estaba bastante decepcionada. 

— Lo siento, pero de verdad necesito ir a el hospital. 

— Tranquila, creo que en el ala este, están los botequines, ve y encuentra lo que sea que busques. 

Lo que busco no esta en una estúpida central de policías, necesito verdaderas muestras de lo que está sucediendo. 

— ¿Tu estas bien? Has estado cojeando desde que llegamos, ¿quieres que te traiga algo?

— No, soy un oficial, me las puedo arreglar. 

 Puse los ojos en blanco y fui en dirección en la que me había mandado. Activé una caja gris para subir la cortina que me impedía ir más allá del cuarto en el que estaba. Cuando lo hice, me adentré a el lugar. La enfermería, según me lo había dicho, no estaría demasiado lejos de aquí, con suerte encontraría algo de medicina que me ayudase si es que alguno de esos locos me tocaba los huevos aunque no tuviese.

Mientras buscaba algunos suplementos, me di con la silueta de algo moviéndose a través de el techo. Me quedé fría en cuando vi eso. No esperaba que hubiese una arma bioquímica aquí, ni que tampoco iba a ser yo de la que se encargara, pero si así serían las cosas, tendría la única oportunidad de tomar una muestra de la sangre de esa cosa. 

— Control a agente 74, ¿me copias? — dirigí mi atención a la llamada de Harley. 

— Aquí agente 74, te copio. ¿Alguna novedad?

— He podido encontrar la ruta que podrás tomar para llegar hasta el hospital, fue como una sorpresa, la comisaría esta relativamente cerca del hospital. 

— Bueno, pues manos a la obra, no me puedo quedar con ese oficial por mucho tiemp— 

Antes de que pudiese acabar mi frase, escuché a una persona gritar del otro lado de la habitación, en la recepción. Corrí en cuando tuve el momento indicado y cuando llegué a donde estaba, me di con la sorpresa de encontrar a dos personas del otro lado de la habitación. Un oficial que tenía el mismo uniforme que Taylor, y finalmente, un chico pelirrubio que parecía portar el mismo uniforme que los oficiales de acción, aquellos que si están por las calles. 

 — ¡Ey, baja el arma! — exclamó el pelirrubio en cuando me vio alzar mi arma y apuntarla hacía ellos —. Somos oficiales de policía, baja el arma en este instante. 

— ¡Esperen, ella esta con...!

Giré la cabeza para mirar como Taylor bajaba las escaleras con dificultad. Al terminar de decir la última palabra, sus rodillas cayeron con fuerza al suelo y se empezó a agarrar el brazo izquierdo, aquel que no había visto desde que las rejas se habían sobrepuesto encima de él. En definitiva había sido mordido y no tendría mucho tiempo para convertirse en uno de ellos. 

Dejé de apuntar a ambos hombres y ahora apunté hacía Taylor, quién seguía quejándose y apretándose el brazo. 

— ¿¡Qué demonios crees que haces?! — exclamó una voz joven, voz que pude reconocer como la del chico que había visto hace apenas unos minutos.

Antes de que pudiese encargarme del que estaba colapsando enfrente de mi. El chico se aproximo hacía mi e intentó quitarme el arma de las manos, dejando su cuerpo frente al mío y evitando que pudiese acabar con el cuerpo de Taylor, ya consumido por el virus.