Stay With Me (Leon Kennedy x lectora) RE2 | 1 Libro COMPLETO

12. En otra vida...

Me agarré de las paredes mientras iba caminando por los pasillos. ¿Enserio? ¿No podía aguantar un poco más? Se que el dolor en mi vientre era fuerte, pero esta no era la primera vez que me aguardaba algo como esto, las heridas de bala eran algo recurrente en mi ámbito. Pero, supongo que nunca tuve que sufrir algo como esto en el abdomen, siempre usaba chaleco anti-balas si la misión así lo necesitaba, pero en esta ocasión, bueno, iba de incognito y usar un chaleco así, despertaría las alarmas de todos. 

aunque ahora, lo menos que me importa es llamar la atención, necesito atención medica urgente

Uno de los cadáveres en el suelo traía una gran bata blanca que identifiqué como una de las que usaban las personas de este lugar. Así que me acerqué a su cuerpo con cuidado y al agacharme a su lado, concentré mi fuerza en moverlo hacía un lado. Una tarjeta calló de la parte interna de su atuendo, la levanté con cuidado y agradecí que fuese una de las que desbloqueaban las puertas. 

Además de eso, le quité las pertenencias que tuviese, más allá de la tarjeta, tenía unas cuantas balas que le servirán bien a mi arma y algunas vendas que podría usar más tarde. Me levanté y me dirigí a una de las puertas del lugar, con suerte podría encontrar el pasillo que me condujera a más laboratorios. Y si, cuando la puerta de aquel lugar se abrió, vi como en los alrededores, grandes maquinas llenas de sueros y anti virales, estaban esparcidos por el lugar. Caminé en dirección hacía el otro lado del puente. 

Un extraño tambaleo hizo que me tuviese que agarrar a uno de los tubos del lugar. El tambaleo quizá vendría del otro lado del cuarto, en la habitación continua. Así que con un poco de dolor, me las arreglé para poner la tarjeta que necesitaba en el escáner. La puerta se abrió y no reveló lo que yo esperaba que fuesen más laboratorios. 

Una enorme criatura llena de bolas amorfas hechas de carne estaba ahí, la criatura podría medir el doble que yo, y no parecía estar de paso. Era la misma que había visto atacando a Claire en donde reactivó la luz. Me recargué en la puerta, mientras trataba de visualizar algo más que no fuesen las chispas que sacaba la garra de esa cosa al rasguñar el suelo de metal. 

Una silueta se deslizaba y disparaba ágilmente hacía aquella cosa. ¡Ese era Leon! Tendría que serlo, tenía el uniforme y todo.  Antes de que pudiese avanzar más, una silueta a mi lado me hizo girar la cabeza con rapidez, Annette estaba sobre el suelo, parecía estar tomándose del estomago con fuerza.  

— Annette, ¿estas bien? — me puse a su lado y miré como ella se retorcía con una clara muestra de dolor encima. 

— Ah, no tengo mucho tiempo... — de su bata sacó una extraña pistola que no podía identificar. Sacó un proyectil y lo metió dentro de esa cosa, de esa manera, me extendió el arma y yo la miré sin entender lo que pasaba. 

— ¿Qué, que es esto? — cuestioné, confundida, pero al momento de tomarla, Annette solo se quejó más. Se retorcía en su propio lugar, mientras que sus quejidos se confundían con los gruñidos de esa cosa. 

 — No dejes... no dejes que se lleven... el virus-g...

Esas fueron las últimas palabras que salieron de su boca, antes de perecer frente a mi. No podía dar rienda a suelta a lo que quería, pero al parecer, no parecía estar muy convencida de dar el virus-g a nadie, la entendía. Ahora que sabía que había un traidor, no podría revelar datos importantes a nadie, ni siquiera a Hailey. 

Giré en cuando los gruñidos se hicieron abismales. Me levanté de donde estaba y me tambaleé hasta llegar a donde estaba Leon. Estaba haciendo un excelente trabajo, la criatura realmente estaba perdiendo.