Stay With Me (Leon Kennedy x lectora) RE2 | 1 Libro COMPLETO

15. El final

¿No puede haber luz aquí? Todo el complejo esta apagado, fue una suerte que Oliver tuviese una linterna para alumbrar el camino, pero por lo mucho, el tendría que estar enfrente y yo atrás, estando atenta de cualquier sonido que pudiese darnos un inicio de que estábamos cerca de lo que buscábamos. 

— Debe de haber una fuente de poder, arriba si que había luz, este lugar también debe de tener enegería. 

— Puede que... pero quizá se prenda por medio de un mecanismo — solté un suspiro lleno de frustración en cuando escuché esas palabras. A lo largo de mi misión, tuve que ver muchos puzles, ninguno de ellos me gusto. 

— Qué tontería... ¿Quién pondría mecanismos en este lug— 

Pero antes de acabar, escuché unas voces que me hacían fruncir el ceño. No parecían ser voces de alguién que tuviese miedo, era más una voz de alguién estando discutiendo con alguién, lo cual me llena de cuestionamientos, ¿Quién puede estar en este lugar? A oscuras, con esa cosa entre estos pasillos, solo un loco puede hacer eso. 

 — Mira... — fijé mi atención en Oliver —. Este debe de ser el switch para la electricidad. 

Cuando él bajó la palanca del swtitch para mandar electricidad al lugar, lo único que obtuvo fue el rechinar de la palanca volviendo a subir. No había forma de regresar la luz a el lugar. Fue entonces cuando la linterna de Oliver se dirigió hacía algunos cables esparcidos por el suelo, habían cuatro en total. 

— Debe de haber quizá toma corrientes, quizá hay que prender esas cosa primero, antes de que este. 

— Bueno, entonces, tomaré la linterna e iré a ver que encuentro — Oliver me detuvo. 

— No puedes hacer eso, es demasiado peligroso, te acompañaré. 

 Negué con rapidez. — Prefiero que te quedes aquí y que me avises si algo pasa, eres la ley Oliver, deberías saber que como oficial, proteger vidas es lo tuyo, y si te encuentras con algunos sobrevivientes, yo no podré ayudarlos, tú si...

— Pero...

— Vamos, confía en mi.

Oliver no tuvo más opción que aceptar, me tendió la linterna y le prometí que no tardaría nada en encontrar las cosas que activarían la electricidad. Así fue como me alejé del conector principal e intenté encontrar las maquinas por los alrededores. Seguí sus rastros con los cables tirados en el suelo. Las dos primeras estaban relativamente fáciles, estaban muy cerca y solo se trataban de cajas de energía que se activaban por medio de gasolina. Los active y estos empezaron a hacer su ruido de funcionamiento. 

Me tardé un poco más encontrando la tercera, era una de las más lejanas, y aunque le faltaba la mitad de gasolina, pude rellenarlo con uno de los bidones que se encontraba cerca del lugar. Lo que quedo de la botella, me lo lleve conmigo, quién sabe cuando lo necesitaría o si podría usarlo para rellenar la cuarta caja. 

Y mientras que iba pensando eso, finalmente terminé alumbrando la cuarta caja de energía que necesitaba. Pero no pude festejar mucho, una silueta salió de la oscuridad para dirigirse hacía mi. La esquivé a tiempo, y su cuerpo cayó de bruces hacía el suelo. Cuando apunté la linterna hacía aquella cosa, me sorprendí al darme cuenta que se trataba de una de las enfermeras de el hospital, pero esta tenía los ojos volteados, las venas sobresalidas y la boca abierta, dando paso a un asqueroso escenario en el que una cosa roja salía de su boca. 

— Qué asco... — solté en un susurro, y antes de que esa cosa se levantase, apreté el gatillo de mi pistola para finalmente reventar su mandíbula en dos, y ver como la cosa esa se iba desinflando, hasta salir de su cuerpo como si el cuerpo de una serpiente liquida se tratase.