Epilogo

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Caí al suelo al finalmente sentir que esa cosa se estaba adueñando de mi interior. Puse ambas manos sobre mi garganta, intentando evitar que bajase más de lo que ya la sentía, pero era imposible, era demasiado escurridiza, no podría sacarla aunque quisiera. Aunque antes de que pudiese intentar otra cosa para sacarme de ese aprieto, una sensación de nauseas me empezó a atacar. Tosí con fuerza para sacar lo que sea que quisiese escupir. 

Un charco de sangre comenzó a salir de mi boca, pedazos de carne y algunos otros órganos empezaron a salir de dentro de mi, saliendo con fuerza. 

— ¡No! ¿Cómo rayos es que estas expulsando a mi parasito? ¡Esto es imposible!

No pude responder a su pregunta, pero no tenía energías de responder a nada y tampoco estaba con el humor de hacerlo. Así que tomando la escopeta de Oliver, me dedique a prepararme para esta batalla, sería la última que impartiría, por qué después, moriría frente a una cómoda cama de un millón de dólares. 

— ¡Vamos, dame todo lo que tengas! exclamé, limpiando los rastros de sangre que aún estaban alrededor de mi boca.

Preparé las balas y me dediqué a disparar a los ojos que sobresalían del cuerpo de Matt. Me daba vueltas por los alrededores, tratando de encontrar alguna que otra munición, increíblemente, no solo había munición y un poco de medicina en los alrededores, si no también algunas granadas de mano que me equipé y que utilicé cuando sentía uno de esos gusanos repulsivos acercarse. 

— Voy a acabar contigo, y luego con tu madre... verás que bien se verán en el infierno los dos.

Activé una de las bombas de mano y la lacé justo a tiempo para acabar con uno de los gusanos rojos hechos de carne. Aproveché el dolor que le causó esto para disparar justo en el último de los ojos que quedaba sobre su cabeza. Me fue dificil apuntar, la masa se movía como si fuera gelatina, y bueno, el único indicio de donde estaba su cabeza, era en donde sobresalía el pelo y una enorme boca que me hacía asquear. 

Un disparó más vasto para finalmente acabar con esta cosa. Un enorme y gutural sonido me hizo caer hacía atrás. La masa poco a poco empezó a desinflarse, de parecer un balón bien inflado, ahora parecía más un charco de caras, bocas y ojos. Me daba asco de solo verlo, y más con el asqueroso y nauseabundo olor que desprendía la sangre que escurría por cualquiera de las cicatrices de esa cosa. 

— Te lo devuelvo, Matt. 

Escupí con rabia en cuando me quité el anillo de oro que tenían grabadas nuestras iniciales. Desde ahora, todos sabían lo lejos que estaba un hombre de pedirme matrimonio.  

Traté de ver si Alicia se encontraba cerca, pero en definitiva, debió haber escapado en cuando me vio pateándole el trasero a su hijo o quise decir... su perro. 

— ¡t/n, t/n!  

Giré en cuando escuche a alguién gritar mi nombre. Al hacerlo, vi como el ascensor de mantenimiento se abría y algunas personas entraban. Debían de ser algunos del grupo de sanidad y soldados, tenían cascos y armas, pero al final, ya había acabado yo con la verdadera amenaza. 

— ¡Aquí estoy! exclamé. 

 Harley salió de entre el grupo de hombres armados, y aunque giró la cabeza a todos lados como una loca, cuando supo donde estaba, corrió con todas las fuerzas que tenía y acabó abrazándome con fuerza, aunque teniendo cuidado de no lastimarme en el proceso. 

— ¡No hagas eso otra vez! ¡Pensé que ya no volverías a salir de aquí!

 Palmeé su espalda y la tranquilicé correspondiendo su abrazo. 

Stay With Me (Leon Kennedy x lectora) RE2 | 1 Libro COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora