En el distrito rojo entre más bella seas, más dinero obtendrás. Las mujeres son vistas sólo como objetos que cumplen los servicios de aquellos hombres que buscan descargar su estrés y pasar un buen rato divirtiéndose con todas nosotras.
Toda mi vida...
-Imposible-retrocedo algunos pasos solo para chocar con el pecho de Douma quien sonreía al ver mi rostro desconcertado por observar a lo lejos aquella escena.
-No, No lo es yo veo perfectamente bien como una chica de cabellos rosas va agarrada de los brazos de Tu querido Uzui y tu tierno Rengoku-En un tono burlon y con una gran sorinsa Douma obstruye mi paso para atormentarme.
-Esto... No... - Me doy media vuelta y con todas mis fuerzas tacleo a Douma para abrirme país y correr lo más lejos que posible, en el proceso pierdo una de mis sandalias pero ignoraba el dolor de mi pie descalzo solo quería escapar de ese lugar. Llego a una banca donde me siento para sostener mi pie herido mientras recuperó el aliento. Mi corazón parecía un manojo de sentimientos extraños: en primera me sentía feliz de saber que Mitsuri seguía con vida había pasado mucho tiempo desde la última vez que la vi, confundida porque qué clase de relación tendría mi hermana mayor con esos dos y por último, triste porque de no haber venido hasta el distrito rojo jamás hubiera visto la realidad...las lágrimas bajaban sobre mís ojos mientras pensaba que todo esto debía tener alguna explicación.
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Mientras tanto...
-Vamos Rengoku sostenla con más fuerza no vez que esta demasiado ebria coño...
-Eso intento pero esta caminando más lento y tropezando con todo no debiste dejarla beber tanto.
-Tch fue la orden del maldito Muzan qué remedio...
-jajajaja ustedes dos son ¡TAN GRACIOSOS!-balbucea Mitsuri mientras los chicos la arrastran hasta el lugar donde Muzan se hospeda.
-Señor Muzan ya trajimos a la chica que nos pidió.
-Esta algo ebria.... *Uzui la deja caer al suelo*
*Risa sarcástica*, Muzan pasa su mano por su cabello y voltea a ver a Mitsuri en estado casi bulto apenas sostenida del sofá.
-Excelente pasaremos un buen rato... Llévenla a mi habitación. -ambos la empujan hasta una habitación para luego encerrarla
-han estado haciendo un excelente trabajo pronto los haré mis allegados ahora retirense de mi vista y vayan hasta donde esta el chico de la cicatrices juntó con Akaza.- Menciona el pelinegro bebiendo un poco de vino.
Rengoku y Uzui se retiran para reunirse con los demás en cuestión.
Por otro lado, Sanemi escoltando a Akaza quien cortejaba una chica en un callejón del distrito rojo, no puede evitar sentirse incómodo ante el romántico momento que estaba presenciando. El peliblanco rueda sus ojos en un intento por olvidarse de lo que tenia que soportar. Cuando entre la multitud reconoce el olor del shampoo de tn. Su sentido del olfato era tan agudo qué en cuestión de algunos pasos llego hasta ella sujetandola por el brazo haciendola voltear.
-¿Tn-san qué haces en este lugar...? *mira a la chica cabizbaja en busca de su zapato*... ¿Y tu otro zapato?
-Sanemi-san... (pasa su ante brazo por su mejilla tratando de secar sus lágrimas)
