Una espinosa rosa se oculta en medio de las flores (primera parte)

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XXVII



―Lady Selenia ¿Acaso usted está considerando asistir? ―dice Annelise con un rostro notoriamente preocupado se incorpora de su lugar manifestando su negativa.

Una invitación proveniente del ducado Ivanya de por sí era sumamente sospechoso, además considerando el hecho de que el duque de dicha facción ha demostrado públicamente su rechazo hacía mí y su insistencia en hacer todo lo necesario para evitar que yo acceda a lo que por derecho me corresponde solo hace que la desconfianza se acreciente. Por supuesto, no hay que ser demasiado listo como para darse cuenta que se trata de una trampa o a lo mucho alguna treta para intentar averiguar más acerca de mí.

Que truco tan gastado.

―Planeo asistir ―lo reafirmo continuando bebiendo tranquilamente de mi taza de té.

―Pero lady Selenia...

―Sé que es una trampa ―digo con total normalidad ―. Y también sé que ir a esa residencia seria lo equivalente a adentrarme dentro de las fauces de un lobo. No obstante, si lo rechazo, mi reputación e imagen se verá en peligro y les daré pie para que en futuras reuniones sociales pasen por sobre mí e intenten apartarme como si fuese una paria. Yo no les temo y no rehuiré de ellos.

Annelise guarda silencio ante mis palabras y vuelve a tomar asiento y a levantar su taza cuya bebida había sido consumida hasta la mitad. En su rostro todavía se ve la preocupación y la molestia, pero ella, quien usualmente es de carácter apacible y leal, no seguirá insistiendo cuando mi decisión ya está tomada. Puedo ser capaz de ponerme en su lugar, posiblemente esa sería mi reacción de encontrarme en su posición al ser testigo de una situación tan peligrosa como esa. Ella que me ha protegido siempre ahora se ve impotente.

― ¿Se lo comunicara usted a su majestad emperador lady Selenia? ―dice ella.

―Tengo que hacerlo ―respondo con serenidad ―. Soy su invitada y es mi deber informarle.

―Perfecto ―sonríe ella y noto un tono de victoria en su voz.

―Espera, ¿acaso estas esperando que Callisto se oponga?

―Oh no lo espero ―dice ella ―. Estoy segura de ello, él la adora tanto que estoy segura que expresar su negativa e intentara convencerla de que considere su decisión.

Y Annelise no estuvo tan alejada de la verdad porque cuando le informe a Callisto a la mañana siguiente él compartió la misma preocupación de mi doncella, frunció el ceño y se froto el entrecejo intentando comprenderla decisión que ya yo había tomado. Al igual que el emperador, lord Deimos también mostró su desconfianza ante dicha invitación argumentando que es muy sospechoso que la hija del duque Ivanya, luego me entere de eso, se hubiese atrevido a mandar una invitación a la persona que se interpone entre los planes de expansión de su padre.

Yo comprendo muy bien la situación, sé que las reuniones de té no son más que una excusa para que las damas demuestren su estatus además de reunir información privilegiada de la boca de otras damas para favorecer a sus respectivos territorios. Lejos de ser un ambiente apacible y agradable lo cierto es que son verdaderos campos de batalla en las que la vencedora se lleva los aplausos y la gloria y la perdedora se retira humillada y con la certeza de que posiblemente sería rechazada y apartada por el resto de las damas.

―Es un movimiento muy arriesgado ―dice Callisto de pronto ―. No podemos aventurarnos y aún más si se trata de la facción Ivanya de entre todas. Lady Selenia, es una situación que la expone al peligro.

La Balada De Las Sidereas (#dyjawards2024) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora