La Balada De Las Sidereas (#dyjawards2024)

Y es en las tinieblas a donde llegan los rezos de los condenados

XLIV

Cuando los pecadores yacen en la desesperación, cuando sus almas cobardes no tengan otro final más que someterse al justo castigo de los cielos, es cuando el miedo a ser consumidos por la llama eterna les corroe entonces buscaran con desespero aferrarse a cualquier cosa que pudiese sacarlos del profundo hoyo en el que se encuentran. Incluso si ven la más mínima luz en medio de la oscuridad correrán tras ella y lucharán contra todo aquel que se le atravesase en el camino, incluso si eso significa corromperse aún más de lo que están, pero la luz de la salvación nunca será tocada por ellos y es entonces que las sombras los abrazaran dándoles la bienvenida a su hogar perpetuo. Pero, es ahí, en el momento de mayor vulnerabilidad en cuando la maldad se manifiesta para aprovecharse del miedo del débil pecador que hará cualquier cosa, lo que sea, con tal de evitar su condenación.

Érase una vez una estrella corrupta e insignificante que devoro a otras a su alrededor con tal de ser la única perfecta y brillante en el basto universo. Pero a pesar de obtener la luz de otras poco a poco esta se tornaba en oscuridad y constantemente se veía en la necesidad de comer hasta hartarse, pero nunca estaría completamente satisfecho por lo que aquello se convirtió en un ciclo sin fin. Y entonces la estrella se preguntó:

"Si devoro toda la luz del firmamento, ¿no sería acaso la mía eterna?, Si me desahogo de las demás estrellas ¿No seriamos solo Deneb y yo los únicos que reinarían los cielos?"

Dos Sidéreas gobernando la noche, y aquel que fue menos entre los suyos sería el único en permanecer. Pero Deneb lo rechazo y su dolor hizo que buscase escapar de él, para Hyperion quien había recurrido a algo tan aberrante como devorar la luz de otras estrellas el rechazo de Deneb significó que hiciera lo que hiciera nunca podría alcanzarla y enfurecido busco hacerla suya y devorarla luego como castigo por su ofensa. Deneb clamó a su padre Cronos, la estrella reinante de la constelación del cisne se enfrentó al devorador con desesperación, pero Hyperion era de mayor tamaño y poseía el poder y la luz corrupta de aquellos a los que había devorado, no quedando otra alternativa en medio del ataque del devorador ella se colisiono a si misma contra la tierra para evitar que su luz también fuese tomada por Hyperion. Hizo uso de sus últimas fuerzas para sellar a la estrella devoradora en el fin del universo en donde no volvería hacer daño a ninguna otra, pero para cuando Deneb, pereció en su interior yacía la esencia de Hyperion que se impregnó en ella y todo eso dio como origen al nacimiento de aquellos portadores de la luz y la oscuridad.

Y entonces Hyperion supo que la única llave de su prisión era su hija, porque en ella residía su oscuridad y eso la convertía en la puerta hacia su liberación. Pero ¿Cómo lograr que la oscuridad en ella imperase por sobre la luz de Deneb? Pese a encontrarse prisionero Hyperion movió sus hilos e hizo que el hombre a quien más amaba la hija de Deneb le jurase amor a otra, para ello hizo que una mujer cualquiera adoptase la apariencia de la verdadera novia y el príncipe creyendo que se trataba de la dama Sidérea la desposo ignorante de su error. No obstante, para cuando despertó de aquel sucio hechizo ya era demasiado tarde y la hija de Hyperion y Deneb ya había entregado su corazón a la oscuridad y el devorador se mostró salvajemente dichoso porque al fin sería liberado.

Pero los dioses intervinieron usando al varón de los sidéreas para retenerlo una vez más en su prisión eterna y destruyeron a aquella mujer cuyo odio y dolor fue lo que casi ocasionaron el fin de la creación. E Hyperion se mantuvo cautivó esperando el momento en el que una nueva descendiente mujer naciese y así poder utilizarla para escapar. No obstante, los dioses para evitar que Hyperion volviese a intentar liberarse y sabiendo que la Sidérea femenina renacería años más tarde la condenaron a morir mucho antes de que la maldad consumiera totalmente su corazón, de ser así entonces el devorador lo destruiría todo.