Las formas del miedo

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Como todas las noches, desde aquella vez, vuelvo a tener el mismo sueño. Constantemente se repite y una vez más me encuentro expuesta y temerosa. Siempre es lo mismo, una y otra vez, la luna sobre mí envolviéndome con su luz y repitiendo sin cesar que observase algo que no existía. La confusión me asaltaba junto con la desesperación y luego, como señal de que estaba a punto de despertar, las voces femeninas provenientes de aquella luna, como un coro, entonaban al unísono un canto lastimero y al mismo tiempo conmovedor que hacía a mi corazón estremecerse del dolor y de alguna inexplicable forma despertaba a la mañana siguiente con la mejilla humedecida.

No sé hasta cuando pueda soportarlo y tampoco sé la razón de aquello y mientras me debato en la confusión tengo que vivir con la duda y el miedo y la constante necesidad de encontrar una respuesta que no existe a una pregunta que me asaltaba constantemente. Temo estar perdiendo la cordura a causa de eso y temo aún más perderme a mí misma. Y mientras cada noche el dolor me consume y la luna me impregna de su melancolía al abrir ojos debo contenerlo todo y levantarme para poderle hacer frente a los muchos peligros que se aparecen a mi alrededor. Incluso lejos de Amanda y no puedo evitar escapar de mi funesto destino, ¿es pues un designio de los cielos el que me vea en una constante batalla por vivir? Tal vez sea el "regresar", lejos de una bendición, haya sido una forma de expiar mis culpas pasadas.

Intento alejar los malos pensamientos que se empiezan a formar y me concentro en lo que verdaderamente me es importante. La lucha para recuperar mi nombre.

―Señorita Selenia ¿ya se encuentra usted despierta? ―llama Annelise.

―Puedes pasar ―respondo y ella ingresa junto con Lily, la sirvienta que se me había sido asignada por el emperador Callisto.

Ambas hacen una reverencia en modo de saludo, pero solo Annelise muestra en su mirada el cariño de madre que siempre me brindo. Es muy joven siquiera para ser considerada la madre de una mujer de mi edad cuando es apenas 10 años mayor que yo, aun así, su trato hacia mí siempre ha sido amoroso llegando a un punto en el que no dudo en ir al exilio conmigo aun cuando ella era inocente de toda culpa.

Lily y Annelise me preparan para otro día en el palacio, como lady Josephine no vendría de visita en esta ocasión me permití vestir más cómodamente. La primavera pronto terminaría y con ella los días cálidos de verano se aproximarían. Incluso ahora se podía sentir el cambio y las bebidas tibias serian remplazadas por otras más frías que saciarían la sed. Me es increíble que ya hayan transcurrido aproximadamente mes y medio desde mi llegada al imperio. Los días pasan veloces cuando se cuenta con la compañía de Callisto, él toma mi mano y caminamos juntos y cada vez que contemplo sus ojos me permito ceder a estos sentimientos que cada día solo se acrecientan, sé que no es correcto y ambos lo sabemos más se nos es imposible seguir privándonos de demostrar nuestros afectos aun cuando ambos no poseamos compromiso algunos que nos obligase a separarnos, sé cuánto desea Callisto poder proclamar libremente sus sentimientos hacia mí pero soy yo quien logra mesurarlo. Porque soy una noble extranjera sin patria ni apellido, una plebeya con buena educación y a los ojos de los nobles de este imperio mi valor no es suficiente. Según la ley del imperio nadie de la rama principal de la familia imperial podía unirse con alguien que no sea una noble, eso era para asegurar de que la emperatriz que gobernase al lado del emperador sea una mujer lo suficientemente capaz y que además obtuviese la aprobación de las familias aristócratas. Una emperatriz que no sabía ejecutar correctamente su cargo era la burla del imperio y la vergüenza del emperador por eso muchas damas eran entrenadas arduamente para poder aspirar a poseer la tan ansiada corona de emperatriz. Incluso desde la cuna y antes de que se aprendiese a caminar correctamente los estrictos modales eran impartidos y se esperaba que la niña cumpliera con las actas expectativas.

La Balada De Las Sidereas (#dyjawards2024) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora