Una espinosa rosa se oculta en medio de la flores (segunda parte)

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XXVIII



Los rostros de las damas presentes no despegaron sus ojos de mí como si fuese una extraña atracción traída solo para su disfrute. Algunas, sin apartar la vista de mi presencia, hablaban entre ellas ocultando la mitad de sus rostros tras sus abanicos o cubriendo sus labios con los dorsos de sus manos. Para una dama recién llegada y propensa a caer en la intimidación aquello la sumiría en una situación de desespero haciéndola un blanco sencillo y un objeto de entretenimiento para las damas de mayor rango. Pero este no es el caso y yo no soy esa clase de dama, nunca lo he sido, y sin permitir que los cuchicheos mal educados lograsen hacer mella me mantengo con firmeza y muestro una tranquila e indiferente sonrisa.

―Por favor lady Selenia le invito a incorpórese a la reunión y a disfrutar junto a nosotras ―habla la anfitriona ofreciéndome un lugar en la mesa en donde las otras damas se encontraban reunidas.

―Es un placer lady Selenia, mi nombre es Anika Rohan ―me saludo una de las jóvenes damas cercanas a Violette Ivanya, era una muchacha menuda de rostro sereno y cabellera oscura. Al verla pude notar el parecido con su padre el duque Rohan, por su puesto lo recuerdo a la perfección ya que me asegure de grabar los rostros de todos aquellos que votaron en contra para la aprobación de mi juicio ante los dioses. Lady Anika daba la impresión de ser una dama muy bien preparada.

―El placer es mio lady Anika.

―Debe ser difícil para usted lady Selenia ―hablo una de las damas de la reunión ―. Una noble extranjera en una reunión de damas del imperio a la que es ajena.

―No tenga temor lady Selenia, por favor siéntase en confianza con nosotras, después de todo estamos aquí para conocernos ―una de las invitadas dijo sonriendo alegremente.

―Sin duda alguna lady Violette es tan generosa, no se podía esperar menos de nuestra flor social. Oh lady Violette que reunión más encantadora ha organizado.

―Oh por favor señoritas ―sonríe Violette cubriendo sus mejillas como si aquellos comentarios favorecedores le causaran vergüenza cuando lo cierto era que al parecer disfrutaba ser el centro de atención.

―Lady Violette es tan hermosa y su gusto es exquisito ―una de las damas añadió ―. No me perdería nunca una reunión organizada por ella.

―Soy una dama con mucho tiempo libre es todo ―responde Violette.

―No se puede esperar menos de una de dama del imperio ―dijo lady Anika y de pronto su rostro se dirigió a mi esbozando una sonrisa que a simple vista lucía pacifica, aunque sus palabras no lo eran ―. ¿Qué es sino el imperio comparado con los pequeños reinos a nuestro alrededor?

Como un puñal el primer dardo fue disparado rozando muy cerca hacia donde yo me encontraba. Intento mantenerme serena y con la sonrisa aun en mi rostro, porque ante el más pequeño y sutil cambio en mi expresión ellas se percatarán y entonces habrán ganado la ventaja.

―Oh una vez fui a el reino del este al otro lado del mar de plata ―por suerte alguien más tomo la palabra ―. Fue una difícil experiencia que espero no volver a repetir, no había conocido un reino tan incivilizado, sin duda alguna me hizo valorar aún más al imperio.

― ¿Qué opina usted lady Selenia? ―pregunto Violette con voz amable, aunque su rostro no mostrase ni remotamente algún signo afable ―. Si mal no lo recuerdo, usted proviene de un pequeño reino, ¿no es así?

La Balada De Las Sidereas (#dyjawards2024) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora