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Las nubes en el cielo se cruzaron por completo impidiendo el paso de la luz de la luna. En el puente entre Utnapishtim y Gehenna, las cámaras en los helicópteros enfocaban el pleito verbal entre Makoto, Rio y Nagisa. Las representantes de ambas facciones caminaron solas hasta cerca del límite que la presidenta de Gehenna había impuesto. Llevaban un buen rato disputando. Las chicas presentes se sentían como si estuviesen chismeando.

—¿Cómo puedes ser tan terca? ¿Por qué no entiendes lo grave de la situación?

—Lo único que sé es que es mi momento de brillar.

—¿Como cuando te aliaste con Arius Squad?

La sonrisa de Makoto se desdibujo.

—Admito que eso fue una metedura de pata, pero no sucederá de nuevo.

—Si no aprendes de los errores, vivirás cometiendo el mismo error una y otra vez.

—Yo no cometo errores.

—¡Hace un momento admitiste haber metido la pata con Arius!

—El problema es que, si cometes este error, será muy grave y no solo para Gehenna, todo Kivotos será afectado.

—Si es tan importante, ¿Por qué mantenerlo tan secreto?

—¿No puedes entender algo tan simple? No queremos causar pánico, además, sería más peligroso que se filtrara la información de que sabes que hay impostores entre nosotros. Es mejor tener cuidado con cada paso que se dé.

—Creo que me quieren ver la cara de idiota.

—No necesitamos engañarte para ver esa cara.

El entre ceño de Makoto se arrugó. La presidenta les dio la espalda.

Con el viento levantando épicamente su abrigo mientras se alejaba, Makoto les indicó que dijeran lo que les diera la gana, pues ya sabían lo que sucedería si se atrevían a cruzar la línea.

Rio sacó su pistola. Miraba a la cabeza de Makoto.

—¡¿Qué haces?! —Exclamó Nagisa.

—Hora y media ha pasado y aún no sabemos nada de él. Puede que las cosas se pongan peor. Sin alguien que de las ordenes podríamos avanzar a la academia sin problemas. Claro, puede que no todas estén de acuerdo en no hacer nada, pero por un momento, sus fuerzas se verán divididas...

—Iroha y Hina no son irrazonable como Makoto. —Nagisa también sacó su pistola— Quizá podamos resolver esto.

—A la cuenta de Tres.

—Uno...

—Dos...

Un chiflido llamó la atención de las presentes en el puente. Un objeto ascendía a través del cielo como una estrella fugaz. Todas se quedaron inmóviles. No había nada que pudieran hacer. La cola de uno de los helicópteros fue destruida por un misil. El rotor de cola colgaba inmóvil de la nave. El helicóptero empezó a dar vueltas y a precipitarse hacia el puente fuera de control. Dentro del vehículo, la piloto luchaba por estabilizar la aeronave. La camarógrafa salió expulsada del helicóptero cayendo en el rio. La reportera lloraba inmovilizada por la fuerza centrífuga diciendo que no quería morir. La escena era tan irreal. Makoto empezó a sentir golpes en el pecho y el sonido de los latidos de su corazón en sus oídos al ver que la nave iba hacia ella. Como si no lo creyera sus pies dieron pasos cortos, pero cuanto más descendía la aeronave, más rápidos se movía. Se dio vuelta. Corrió tan rápido como pudo, sin embargo, sabía que, si seguía en línea recta, ese sería su final. El helicóptero se estrelló de nariz contra el puente. Envuelta en una bola de fuego, las hélices se destrozaron al chocar contra el asfalto. Un par de tirantes del puente fueron cortados y trozos de hélices volaron por todo el lugar. Rio y Nagisa se tiraron al suelo. Su alrededor estaba en llamas. Solo se escuchaba el crujir del fuego sobre los materiales inflamables en los restos del helicóptero. Nagisa se puso de rodillas. El calor de las llamas del siniestro ataque le daba en la cara y el resto de su cuerpo. Era incapaz de creer lo que veía. Rio se incorporó y antes de que pudiera decir algo, la presidenta de Trinity, corrió hacia lo que quedaba la nave aérea. Rio fue tras ella tratando detenerla, pues era peligroso en muchos sentidos. Una bala cruzó las llamas e impactó en el pecho de Nagisa. Iroha reaccionó al escuchar el estruendo de la pistola.

—¡¿Quién disparó?! ¡¿Quién se los ordenó?! —Gritó la peli roja furioso en el tanque.

—¡Ellas intentaron acabar con Makoto y acabaron con la vida de esas chicas en el helicóptero! —Gritó una de las uniformadas de Gehenna.

Otra soldado disparó.

—¡Deténganse!

Un par de estudiantes más se unieron al ataque. Rio y Nagisa retrocedieron

—No disparen. —Gritaba la mano derecha de Makoto incapaz de hacerse escuchar.

Pronto los pelotones de Gehenna Academy avanzaban con el sonido de sus armas descargando municiones. La presidenta de Millenium y Trinity corrieron para cubrirse de la lluvia de plomo y contraatacar con sus propias armas.

—Ya no quedan más opciones... —Dijo Rio.

Dando la señal, Hasumi dio la orden de ataque. La guerra había comenzado.

Blue Archive - White Day (Versión en Español) (Volumen 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora