La caída del ángel

Prólogo

Dedicado a: Asesina05

Negro. Todo está negro.
No recuerdo nada más que la imagen del cielo cada vez más lejana y yo intentando alcanzarla inútilmente.

Un calor abrumador me rodea, quemándome, asfixiandome con las llamas que envuelven mi cuerpo frágil y delicado hasta que esa tortura cesa con un golpe.

Mi cuerpo y mi mente ahora están separadas. El primero se resiente por el golpe y el segundo se lamenta porque he caído.

Caer, ¿Qué es caer?
Caer es fracasar, según lo que me enseñaron. Caer es un error sin solución, caer es un viaje de ida sin retorno. Una vez que caes no puedes subir.

¿Por qué he caído? No lo recuerdo.

¿Qué hago aquí? Lo he olvidado o me han obligado a no recordarlo.

¿No es acaso un martirio caer sin saber la causa? ¿No es una injusticia fracasar sin saber en qué te has equivocado?
El único recuerdo de mi vida pasada aún lo conservo en mis manos, lo único a lo cual estoy aferrada. Mi única esperanza de subir... si eso se puede.

Caer es estirar tu mano intentando alcanzar la luz salvadora y verla cada vez más distante, más lejana.

Siento gotas de agua caer por mi rostro, deslizándose por mi piel fría.
Escucho gritos desgarradores y el olor a putrefacción hace que mi cuerpo empiece a reaccionar.
-Sofiel: ¿Dónde... ?

Con pesadez abro los ojos y la luz cegadora me obliga a cerrarlos... vuelvo a abrirlos y empiezo a enfocar a mi alrededor. Aquella luz roja tan brillante resulta que es el cielo. Las gotas de agua impactan en mi cuerpo tendido. Veo con más claridad los detalles.
-Sofiel: ¿Un... pentagrama en el cielo? No...

Me incorporo del suelo húmedo con mucho esfuerzo y me apoyo en mis piernas para levantarme. Miro mis piernas rosadas, como el color de la carne viva .
-Sofiel: No, no, no, ¡no!

Me olvido del cansancio y corro como puedo hacia un charco de agua. Sin embargo mis piernas me traicionan y acabo desplomándome en el suelo. Con pesadez levantó mi rostro y veo como las gráciles gotas de lluvia se estampan contra el cúmulo de agua en el suelo de tierra, provocando pequeñas ondas que dispersan mi imagen.
-Sofiel(se palpa la cara) : ¿Qué me ha pasado?

Está piel no era la mía, estos ojos amarillos no me pertenecen, este cabello rojo como la sangre no puede ser mío. Es como si estuviera mirando el reflejo de una desconocida.
-Sofiel: ¿¡Que me ha pasado!? ¡Yo no era así, era de pelo castaño y tenía ojos azules! ¡Y mi piel era pálida! ¿Por qué soy... ?

Todo lo que fui y lo perdí todo lo que seré es incierto y todo lo que soy... lo rechazo.
-Sofiel: Un demonio...

No me lo puedo creer, yo era un ángel respetable, intachable y correcta ¿Cómo es posible que haya caído tan bajo? ¿Qué he hecho para traicionar de esta forma a mi señor?
-Sofiel: Estuve a nada de ascender a arcángel ...¡No puedo ser un demonio!

Rechazo este cabello de fuego.
Rechazo estos cuernos que sobresalen de mi cabeza.
Rechazo esta piel de carne sufriendo.
Rechazo estos ojos que lloran sin parar.
Rechazo todo lo que soy y me aferro a mis recuerdos con la esperanza de que algún día alcance de nuevo el cielo.