| Carta 04 - HL |

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Baltimore, Maryland, EE.UU.
14/Mayo

Querido Will,

Me consuela saber que todavía respiras, mi corazón y alma se calma cada vez que recibo una de tus cartas, por favor no dejes de hacerlo.

Respondiendo a tu pregunta, han sido buenos chicos, Búster es el que más se ha escapado de casa en los últimos meses, pero siempre regresa antes del anochecer, creo que tal vez, está buscándote.

Ellos te extrañan.

Todos te extrañan...

En especial Winston, a quien no le importa estar parado bajo la lluvia durante horas. Pobre, he tenido que forzarlo varias veces para que entre a la casa. He estado en una constante pelea con él, ya ni contigo, pero lo que menos quiero es que se enferme. Hemos llegado a un acuerdo, creo que lo ha tomado bien, por el momento, sólo se sienta en el pórtico esperando por tu regreso.

Max y Zoé se apoderaron de tus pertenencias, siempre los encuentro en el viejo cobertizo, custodiando en que nadie mueva o coja algo, últimamente han dormido entre tus artículos de pesca, zapatos y una vieja camisa de cuadros.

Mientras, Jack y Harley se han encargado de custodiar la casa, no sé qué fue lo que les dijiste antes de partir, pero si una de sus tareas era cuidar de nuestro hogar o de mí, ambos lo están haciendo bien.

Y, por último, la pequeña Ellie ha sido de buena compañía en estas desoladas noches, ha comenzado a dormir en nuestro dormitorio, sabes bien que lo tengo prohibido, pero la pequeña me ha mirado con sus grandes ojos cafés que no me he podido resistir, así que he aceptado. Ha sido una buena chica, muy educada.

Tiende a dormir del lado de tu cama.

¿Cuándo regresarás?

No hay día que no sueñe con tu retorno, siempre es la misma escena; me encuentro en la cocina preparando uno de tus platillos favoritos, cuando los ladridos de los perros imploran para que vaya a cerciorarme. Me dirijo a la entrada principal y... Ahí estás.

De pie en el umbral de la puerta con aquella sonrisa resplandeciente. Has regresado a mis brazos, me besas con tanta pasión que mis piernas flaquean en un parpadeo.

Me haces el amor como nunca me lo has hecho.

Sé que está es mi primera carta desde tu partida, y sí, sigo molesto; todavía no puedo perdonarte por abandonarme.

No enviaré ninguna carta, esa será tu penitencia por haberte ido de mis brazos.

Con amor,
Hannibal Lecter.

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