...no vuelvas buscando eso que hubo siempre, no quiero acordarme, te saqué de mi mente mientras tú culpabas a la mala suerte, ni supiste cuidarme, ni supiste quererme...
🪐
- Has dejado a Cata sola -su voz me hizo sonreír, negué con la cabeza y me puse recta al sentir su presencia cerca de mí.
- Catalina sabe cuidarse sola -dije con parsimonia -. Además que está con Aina, todo está controlado. Me sabe mal por Javi y Nora, pero no soporto las misas.
- Cualquiera lo diría -se mofó él -. Que no te vean los del instituto.
- Con ellos disimulo súper bien, hasta mi madre se cree que soy creyente -negué con la cabeza y me giré para mirarlo a los ojos -. ¿Tú qué haces aquí fuera? -pregunté mientras lo examinaba con la mirada.
- Exactamente lo mismo que tú -se aclaró la voz -. ¿Te apetece tomar algo? -se metió las manos en los bolsillos, asentí con la cabeza y caminamos hacia uno de los bares que había cerca de la iglesia.
Javi y Nora se casaban en el pueblo de los padres de ella, un pueblo perdido en Almería, con cierto encanto y con lugares muy bonitos que visitar. Era pequeño, pero nada importaba cuando estaba lleno de encanto. El castillo te saludaba desde la carretera y sus calles estrechas y las casas blancas eran de ensueño, Andalucía en su plena esencia. Cuando era pequeña siempre veníamos a veranear al sur, pasamos los veranos en la costa malagueña. Recuerdo esperar con ansias el mes de agosto para subirnos en el coche y pasar dos semanas perdida por los rincones de aquellos pueblos costeros. Mi padre tenía un amigo malagueño en el ejército y mi madre y su mujer se hicieron íntimas amigas. Pasábamos los veranos con ellos, alquilábamos una casa y allí pasé los mejores días de mi vida. Allí fue donde di mi primer beso, con José, el hijo mayor de aquel matrimonio, nos encantaba salir por la noche y recorrer la playa a oscuras, bañarnos en la piscina y soñar con no vernos de verano en verano y sí hacerlo de forma más continua. No me enamoré de él, pero si sentí esa primera atracción, esas ganas de verlo a diario, el deseo de que llegara agosto para verlo y disfrutar de su compañía. El verano es lo que tiene, te lo da todo y a la misma vez te lo quita. Dos veranos donde nos prometimos tantas cosas que cuando ambos cumplimos quince años todo cambió. Él se distanció, se alejó de mí y el verano dejó de ser bonito, yo empecé a salir con Eric y desde entonces las vacaciones familiares dejaron de tener sentido. Andalucía formaba parte de mí, tanto por experiencias como por la familia de mi madre, mis abuelos maternos eran de Algeciras, se mudaron a Villarreal al poco de nacer mi madre y con el paso del tiempo establecieron su residencia en Ibiza, todo cambió, pero Andalucía siempre quedó en mi corazón.
- Es bonito el pueblo -dijo él sentándose en la silla de la primera mesa vacía que vio -. Tiene su encanto, aunque no sé si podría vivir aquí.
- Todo es acostumbrarse, supongo -dejé el bolso sobre la mesa y me senté a su lado -. Aunque yo tampoco podría, estoy acostumbrada a Barcelona, Villarreal se me queda pequeño, imagínate vivir aquí. Aunque como escapada una vez al año mola. Aquí desconectar sí que puedes.
- Aunque la cuesta del hotel es matadora -se quejó, yo asentí con la cabeza.
- Dímelo a mí que he subido con los tacones, el pobre Nil ha tenido que subir conmigo y con Aina agarradas de su brazo -reprimí la risa.
- ¿Dónde estaba yo en ese momento? -se hizo el ofendido, me encogí de hombros.
Llegó el camarero y nos sirvió dos copas de vino blanco y una bolsa de patatas. Guardamos silencio mientras él servía y en cuanto se fue Misho me miró buscando explicaciones.
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Cúrame ▪︎ MISHO AMOLI
Fanfiction**TRES PARTES JUNTAS** Primera parte: "Cúrame" - Terminada Segunda parte: "Ódiame" - Terminada Tercera parte: "Mátame" - En proceso "Si hubieras sabido todo lo que he hecho por ti jamás te habrías ido. No quiero que me perdones, solo quiero que sep...