—¿¡Quieres callarte!?—A pesar de mi gran intento por mantener mi paciencia, Blaise a veces podía llegar a ser insoportable.
Sé que no es su culpa todo lo que está pasando y de verdad quisiera no desquitarme con él, pero no ayudan sus bromas.
—Relájate—dice con su típico tono de voz, al mismo tiempo que se recuesta en uno de los sillones de la sala común—¿Qué te sucede ahora?
Sin más remedio, no tengo otra opción más que contarle todo lo que pasó hace apenas unas horas en el bosque.
Aún no entiendo por qué el ataque de esas bestias, solo sé que nada bueno puede estar sucediendo. A decir verdad, no tiene lógica alguna y está claro que hay algo detrás de todo esto. Yo lo sé.
Lo malo es que ni Mcgonagall ni Snape quieren creerme, y esa es una de las razones por las que más tarde tendré que ir de nuevo a hablar con Dumbledore. Me estoy acostumbrando a pasar tiempo con él.
—¿Y qué hacías tú con Longbottom?—cuestiona, alzando una ceja.
Cierto.
Quise omitir ese detalle, lamentablemente Blaise no lo pasó desapercibido.
—Iba a entregarle una carta—respondo con tranquilidad, sin embargo, su expresión burlona hace que me apresure a aclarar—. Yo no escribí la carta, tonto. Es de él.
La carcajada que suelta no es normal, así que para callarlo solo se me ocurre una cosa, aunque sé que me golpeará si es posible por ello.
—Supongo que tú sí has escrito una carta para tu querido novio, ¿cómo se llama?...Ah, sí, Ron Weasley.
—Eso es jugar sucio, Nott—se defiende, aventándome uno de los cojines.
Ahora soy yo quien no puede evitar reír por su reacción.
—Hablemos de ello—esbozo una sonrisa, fingiendo darle apoyo al tomarlo de un hombro—, juro que no voy a juzgarte. Es un tonto, sí, pero supongo que algún encanto debe de tener.
—Pues no es tan encantador cuando se pone a gritarte en medio del patio—alega en voz alta, con intención de pararse de allí e irse lo más pronto posible.
Su expresión cambia radicalmente, y ya intuyo que algo va mal también con ellos. Sin embargo, antes de que pueda decir algo más, una voz a nuestras espaldas hace que el pánico se instale en nosotros por unos breves segundos.
—¿Hablan de Weasley?—Una chica que ambos conocemos a la perfección se acerca a nosotros— ¿Ustedes también se enteraron?
Confuso ante sus palabras quiero preguntarle a qué se refiere, pero un inquieto Blaise se adelanta:
—¿Enterarnos de qué, Daphne?
Por Salazar, este chico no sabe disimular. Si no lo conociera podría pensar que simplemente está tratando de ser chismoso, pero al saber ahora su atracción por el pelirrojo, está claro que está interesado en cada una de las cosas que le sucedan.
—Acaba de pelearse en el patio de la torre del reloj—contesta con simpleza ella, restándole importancia al tema—. Pero bueno, ustedes sabían que Snape...
—¿Pelearse a golpes?—le interrumpe.
Daphne asiente levemente con la cabeza.
De inmediato, como si de una fuerza magnética se tratara, sale disparado del sillón y sale de la sala común.
Me veo obligado a seguirle, no quiero que cometa algo estúpido. Es difícil cuando él prácticamente está corriendo por las mazmorras, y vaya que corre rápido, pero aún así logro seguirle el paso.
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THEOVILLE
Fanfiction"Tu dulzura corre por mis venas Creí en tu intención No pensé que fuese un engaño Ni una mentira tu amor" Los personajes no me pertenecen Todos los créditos a J. K Rowling