Capítulo 5

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Entro a la empresa quedándome de pie en la entrada, viendo todo con confusión.

Los empleados corrían de a un lado para otro con grandes cantidades de papeles entre sus manos. Las personas de la limpieza parecían fuera de si, limpiando rigurosamente hasta que todo quedará reluciente.

Habían decorado la recepción con grandes cortinas y adornos entre los colores azul y blanco. Y habían añadido diferentes muebles en distintas áreas.

También había una mesa con varios bocadillos y distintas bebidas.

He incluso los trabajadores vestían más elegante de lo normal.

Salgo de mi confusión cuando logro observar a Bianca, que estaba conversando con un agente de recursos humanos.

Me acerco a ella a paso rápido.

—Buenos día— la saludo a ella y al de recursos humanos.

—Buenas.

—Bianca— la llamo— podemos hablar un segundo, por favor— le pregunto haciendo referencia de hablar a solas, ella lo entiende mientras se giraba hacia el otro hombre.

—Bob hablamos al rato ¿si?— se despide del hombre. Ambas nos apartamos hacia una esquina, teniendo más privacidad.

—¿Por qué rayos hay tanto alboroto?— le pregunto una vez que estamos solas.

—¿No te avisaron?— inquiere con la confusión impregnada en su rostro.

—No...— niego con la cabeza— de que se supone que me tenían que avisar.

—El alboroto es porque después de seis años volverá el jefe a la empresa— me dice en tono bajo.

Yo contraigo el ceño en confusión.

—¿El jefe? y eso que va a venir.

—Nadie sabe de su repentina aparición, fue de repente, apenas ayer por la noche avisaron haciendo que todo el mundo se pusiera como loco.

Seguimos conversando conversando hasta que nuestro amado jefe Rodrigo
« que no se note el sarcasmo » llama la atención de todos.

—Como todos sabrán— dice en tono serio, mirándonos a todos— hoy volverá a la empresa el actual jefe, no les tengo que decir que es un hombre serio y de carácter prepotente que no aceptará ninguna falla de alguno de ustedes.

—El que se quede a dar problemas será despedido inmediatamente sin derecho al pago. Así que más les vale comportarse— nos mira a todos una última vez antes de decir— tendré el ojo sobre cada uno de ustedes.

Cuando se va del salón todos respiramos con tranquilidad.

—Dios no lo soporto, viejo cascarrabias— dice en un murmullo Bianca.

Yo asiento dándole la razón.

(...)

Eran aproximadamente las dos de la tarde cuando Rodrigo todo apurado y sudado se nos acerca con prisa, avisando que ya el supuesto jefe llegó.

Somos obligados a ponernos en filas rectas, Bianca y yo quedamos en la último fila con vista a la entrada del edificio.

Todo queda en silencio hasta que la puerta se abre, revelando a un hombre.. que causo que mi respiración se acelere, y no precisamente de los nervios.

Se parece... se parece a..

—Bueno— dice Rodrigo, apuntando hacia el hombre— les presento al jefe de la empresa. El señor Lucifer Black.

Y pasa.. siento como mi corazón empieza a latir desenfrenadamente contra mi pecho y la respiración se me empieza a alterar.

—Hera— llama mi atención Bianca, tenía un dije de preocupación en su voz— ¿está bien?

Trato de fingir mi mejor sonrisa.

—Si.. porqué.

—Te pusiste pálida de repente, es como si hubieras visto a un fantasma...

La dejo de escucha al sentir una pesada mirada. Con miedo vuelvo la mirada hacia el frente, encontrándome con aquellos ojos azules culpables de mis pesadillas.

Cuando nuestros ojos se encuentran, el levanta una de las esquinas de su boca en una sonrisa torcida.

Sin poder aguantarlo más le digo a Bianca.

—Voy un momento al baño, no.. no me siento bien.

Sin dejarla contestar me escabullo de la vista de todos, dirigiendome con rapidez hacia el baño.

Entro cerrando la puerta detrás de mi,  apoyando mis manos en el lavamanos, respirando entrecortadamente.

—Hera— escucho como Bianca llama— ¿Estás bien?

—Si.. solo tengo cólicos— le digo tratando de sonar lo más creíble posible.

—Okey.. deseas que te traiga algo.

—No tranquila, solo necesito unos minutos.

A los pocos segundos escucho el sonido de sus pasos alejándose.

Trato de calmarme tomando profundas respiración. Idializandome con la idea de que el no es real.

Tan solo es un producto de mi imaginación..

Abro la llave del agua, agarrando un poco de esta hechandomela en la cara, repito varias veces ese proceso antes de cerrar la pluma.

Me pasó las manos por la cara quitando el exceso de agua. Y cuando levanto la vista hacia el espejo me quedo petrificada.

Está hay...

Es real y no es mi imaginación..














Consumida por una obsesión[#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora