Capítulo 7

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Me despierto al sentir algo removerse entre mis brazos, abriendo lentamente los ojos observo como Aarón se removía entre ellos, enrollándose en las sábanas.

Se veía tan tierno mientras dormía con su boquita abierta.. era toda una ternurita.

Sin poder evitarlo a la mente se me viene el encuentro de ayer, trayendo malos recuerdos del pasado, sacudo la cabeza tratando de borrar esos pensamientos.

Con cuidado de no hacer ruido me levanto de la cama, alcanzó mis pantuflas y me pongo de pie, llendo hacia la cocina.

Entro a la cocina sacudiéndome el cabello y bostezando, cuando una voz me habla:

—Buenos días— dice mi abuela con la voz cansada.

—Buenos días— le saludo dándole un beso en la frente.

Avanzó hacia la encimera empezando a preparar el desayuno.

—¿Sabes?.. hubo alguien que llamo anoche. Pregunto por ti— dice haciendo que yo la voltee a ver.

—¿A mi? y quién era— pregunto mientras freía un waffle.

—Un chico emm.. su nombre era ¿Carlos? ¿Christopher? Chris..

—Christian— la interrumpo.

—¡Si! ese mismo.

—¿Y que quería?— le pregunto confundido.

—Queria saber cómo estabas, también dijo que estaba ansioso por verte— me dice y después no tocamos más el tema.

Desayunamos en familia tranquilamente, y dejo todo preparado para mis abuelos.

Me visto con unos jeans ajustados a mi piernas, una camisa de tirantes blancas y una chaqueta marrón junto con unos botines. El pelo me lo recogí en una coleta alta.

Decidí no maquillarme sí al final y al cabo era solamente ir al trabajo.

—Muy bien corazón ya me voy ¿si?— le digo a Aarón, me encontraba despidiendome de el.

—Okey... adiós— me dice.

Yo lo abrazo y le dejo un beso en el cachete antes de salir de la casa. Me monto en el coche y parto rumbo hacia el trabajo.

(...)

Bajo del coche, me quedo observando como el coche de Christian llegaba casi a la par mía, bajando el al minuto.

—Christian hola— le saludo con una sonrisa acercándome a el.

—Buenas. ¿Cómo estás?... Bianca me contó lo que pasó ayer y me quedé un poco preocupado— me dice, ambos empezamos a caminar hacia el interior del edificio.

—Bien solo.. fue un ataque de pánico.

—¿Ataque de pánico? No sabía que sufrías de ellos — me mira con curiosidad.

—Sufro de ellos desde que era adolescente por.. una situación que viví— le explico con una sonrisa incómoda que al parecer el nota ya que no me vuelve a preguntar por el tema.

Seguimos conversando un rato hasta que Rodrigo nos vio y nos mandó a nuestros puestos.

Llegó a mi puesto dejando el bolso a un lado y sentándome bufando, observando la gran cantidad de papeles que había sobre la mesa.

Sin duda odiaba a mi jefe.

Sin más remedio empiezo a trabajar, rellenando lo que me pedían los papeles.

Un rato después

—Ahh— me recuestro en el espaldar de la silla, suspirando cansada.

Después de varias horas por fin pude terminar con todo el papeleo, a veces me llega más trabajo y otra veces no, pero no me puedo quejar por el buen salario del lugar.

—¿Cansada?— dice Christian llegando a mi lado, dejando sobre la mesa un capuchino el cual agarro inmediato.

—No tienes idea— le digo par dar un trago.

El se queda callado, mirándome nervioso.

—¿Pasa algo?

El sacude la cabeza.

—No nada solo que.. ¿te acuerdas de la cita que me prometiste?— me pregunta.

—Si.

—Pues.. me salió una reservación para mañana por la tarde noche en un restaurante y... quería saber si querías ir— me pregunta rascándose la cabeza.

Me lo pienso un poco y decido aceptar, ya que no le veía nada malo, eramos amigos, así que podíamos salir a cenar.

—Claro, no tengo que hacer nada mañana por la noche, mis abuelas pueden cuidar de Aarón por mi— le digo con una sonrisa viendo su expresión de felicidad.

—Bueno.. entonces mañana a las siete te recojo en tu casa.

Seguimos charlando un rato hasta que llega la hora de la salida, nos despedimos y cada cual toma rumbo a su casa.

Cuando llegó a casa aparcó el coche en el garaje de esta. Los tonos oscuros de la noche era lo único que se veía.

Estaba por entrar cuando noto que frente a la entrada se encontraba un ramo de rosas rojas. Era hermoso.

Confundida las agarro volteando a ver hacia los lados, viendo que no había nadie abro la pequeña nota que había entre las rosas.

En pequeña letra cursiva de color rojo estaba escrito:

“Espero que te guste mi regalo, lo mejor de lo mejor para mí dolly
      
                                Con amor Demon Black.

Horrorizada, rápidamente hecho en el cesto de la basura el ramo y la nota sin importarme que tan bonitos fueran.

Prácticamente entro corriendo a la casa, apoyándome en la puerta cerrada tras de mi, con el corazón a punto de salirme por el pecho.

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Gente, al fin vuelvo a publicar un capítulo después de varios días sin hacerlo.

De antemano les quería pedir una disculpa por no actualizar, estaba celebrando mi cumpleaños en un hotel y no tenía tiempo para poder publicar.

Pero no sé preocupen que va haber actualización cada vez que pueda, también hablando de que pronto comienzan las clases, y al yo estudiar música voy a estar un poco atareada.

También les quería decir que muchas gracias por el apoyo que han estado recibiendo ambos libros, de verdad son lo mejor.

Ya tenemos 1K de lecturas en este libro con tan pocos capítulos.


Se despide Cami.























Consumida por una obsesión[#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora