01; party.

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Nicole

Verifique nuevamente mí maquillaje asegurándome que todo esté en su lugar, me acerqué a la esquina dónde se encontraban unos cuantos amigos.

Era una fiesta a la cuál mi progenitor me ordenó ir ya que la iba a pasar bien con "chicos de mi edad"

—— Estás reina, nai. — alagó mi amigo Valentín y sonreí agradeciéndole.

—— Gracias valen, vos igual. — le dí un sorbo al Fernet.

—— ¿Cómo van las cosas con tu viejo?

—— Mejor, pero vos sabés, sigue buscando quilombo y yo no soy así, pero si le rompen las pelotas a mí familia sabés cómo soy.

Vi llegar un poco más de gente llegar y dejé el tema ahí, no era de incumbencia de nadie más aparte de Valentín.

Se preguntarán ¿Por qué le tengo tanta confianza con él?

Lo conozco desde hace 4 años.

Trabaja para mí padre desde 2019, al ser uno de los trabajadores más jóvenes de mi padre y al que más confianza le tiene, siempre estuvo para mí.

Valentín es como mi hermano mayor, dejando de lado que mi verdadero hermano mayor vive en Italia con mi mamá.

Nunca supe ni tuve claro de que trabajaba mi viejo hasta que cumplí 18 años.

Es un narcotraficante, bastante... Conocido.

También tiene muchas empresas reconocidas.

Al igual de que es dueño de muchas tiendas de lujo de la zona.

Lo digo como si nada, pero me costó mucho asimilarlo.

Algo me sacó de mis pensamientos.

Mateo Palacios.

Estaba bailando con una rubia a unos cuantos metros de nosotros.

Bájale dos a las hormonas hermano, por poco te la cojes frente a todos.

Miré a Valentín el cuál todavía no se percataba de la situación.

—— ¿Que mierda hace Mateo Palacios acá? — pregunté dudosa y algo asombrada ante su apareción.

—— Yo que se, no nos va a reconocer.

—— ¿Como que no? Obviamente sabe quien es la hija del rival de su viejo, mínimo un corchazo me va a dar. — me quejé algo alterada y Valentín chasqueo su lengua para dirigir su mirada fijamente en mi.

—— Mira como está. — señaló con su mano en dirección a dónde se escontraba él. — Si te ve no te dará bola, igual, estamos armados siempre, Naiki.

Tiene razón, pero de igual manera me sentía nerviosa, no me iba a dejar pasar de largo.

(...)

Después de unos cuantos tragos, aproximadamente a las 3:00 de la mañana pasó lo que nunca pensé que pasaría.

Me estaba pidiendo una cerveza en la barra, cuando inesperadamente, un chico se sentó en la silla de al lado.

Rulos, tatuaje en el cuello, lindo perfil y ojos algo achinados, supongo que por lo que habrá consumido.

Quede totalmente inmóvil y nerviosa mirando hacía adelante, mientras sentía mi respiración entrecortarse debido a mi estado de nervios.

¿Que me esta pasando?

No suelo ser así, probablemente lo estuviera jodiendo y amenazando pero no me salía.

Pero eso se acabó cuando lo escuché dirigir la palabra hacia mi.

𝙈𝘼𝙇𝘼 𝙑𝙄𝘿𝘼; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora